Mañana se reúne el Banco Central Europeo (BCE) y el mercado no espera medidas aunque el organismo “debe hacer un ejercicio de responsabilidad serio”. Es la opinión de Emilio Ontiveros, doctor en Ciencias Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid y presidente de Analistas Financieros Internacionales (AFI), que ha participado en la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) en la presentación del quinto número del Policy Brief de EuropeG, la especie de think tank creada junto con otros catedráticos como Antoni Castells o Josep Oliver.

Ontiveros considera que el BCE tiene la obligación de “ahuyentar los temores deflacionistas” y, aunque considera que la autoridad monetaria de la Zona Euro no debe estar obsesionada con el tipo de cambio del euro, advierte que “es una locura tratar de reducir la deuda exterior con tipos de cambio muy distanciados de cualquier equilibrio”.

Para este experto, el BCE tiene las herramientas y debería actuar por tres razones:

1) “Las bifuncionalidades que sufre la Zona Euro: segmentación y fragmentación. El crédito se sigue racionando y se incurre en una clara diferenciación entre el precio del crédito que pagan los distintos países. Esto son problemas de fontanería en los que el BCE debería trabajar desde hace tiempo.

2) Problema de estabilidad de precios: no hace falta recurrir a la definición estricta de deflación para convenir que estamos lejos de la estabilidad de precios”. Anteriormente, Ontiveros recordaba que estabilidad de precios no es solo que se disparen por encima del 2%, sino que su aumento sea muy por inferior.

3) Consciente de nuevo de que el tipo de cambio del euro no objetivo directo del BCE, Ontiveros advierte de que la moneda ejerce un filtro inflacionista y limita la capacidad de generación de renta sostenible.

¿Cuáles con las herramientas para enfrentarse a estas tres dificultades?

1) Reducir el tipo repo: “El problema es que nos planteamos el problema dos años después de que los colegas de otros bancos centrales lo hicieran”.

2) Penalizar la facilidad marginal de depósitos.

3) Estímulos cuantitativos, la QE europea: “Hasta Weidmann (Jens Weidmann, presidente del Bundesbank y 'halcón' del BCE, esto es, firme defensor del control de la inflación y poco proclive a los estímulos) hizo un guiño”. Más que comprar deuda pública, Ontiveros apuesta por estimular las titulizaciones de créditos a pymes.

Hasta aquí las medidas ortodoxas, pero Ontiveros menciona dos “cercanas a la represión financiera: aceptar como colaterales solo las deudas del sector privado o efectuar inyecciones de liquidez condicionadas al crédito”.

M.G.