En enero Netflix mostraba su mejor cara en el mercado a cuenta del cierre de los resultados de 2022 y de sus nuevos suscriptores, que rompían moldes y prometían mucho de cara a la nueva sensación y a los que, en principio se esperaba que fuera el auténtico bálsamo de Fierabrás, ese ungüento mágico con el que nos deleitaba en sus obras Cervantes, en especial en el Quijote.
Pero con el paso de los meses, el mercado se ha desinflado en ese punto, ya que, la vuelta a la publicidad para muchos, al menos en las previsiones iniciales de gran boom no ha resultado como se esperaba, con incluso, las prisas con las que Netflix lo sacó al mercado. En realidad,no se trataba solo de una estrategia para la compañía, sino que sus competidoras han empezado a implementar paquetes del mismo orden.
Y es que Netflix se encuentra ahora mismo en un punto central de su transición. Tras renegar y aceptar como medio para mejorar sus ingresos la llegada de la publicidad, también está implementando, de forma lenta, la prohibición de compartir contraseñas. Pero en el mercado se ha visto lastrado por la rebaja de ingresos que supone recortar precios en muchos o casi todos de los mercados todavía no maduros para la plataforma de streaming.
En su gráfica de cotización, observamos que Netflix sube un 3,45% en la semana, pero baja casi un 10% en el último mes. En el trimestre los avances alcanzan el 5,88% y ya solo gana en el año un 3,5%.
Sin embargo, lo cierto es que el efecto publicitario se está notando, solo que lo hace de forma más lenta de lo inicialmente esperado. Al menos es lo que extrae de los datos que ha conseguido Bloomberg. Destaca que el servicio de usuarios con publicidad ha alcanzado en Estados Unidos el millón de usuarios, con lo que, tras su segundo mes de puesta en funcionamiento, por lo que su base de usuarios ha crecido un 500% en su primer mes en vigor y un 50% más en el segundo.
Además, ha resuelto otro de los problemas pendientes con los anunciantes, porque en inicio, no estaba cumpliendo lo acordado con ellos. Ahora sí lo está haciendo, por lo que sí se puede convertir en un nicho de mercado de ingresos recurrentes para la compañía.
Un factor que converge además con esas caídas que hemos visto para el valor en el último mes a doble dígito y que, para algunos analistas le convierte en una oportunidad de compra muy clara en el mercado. Así lo ven desde Oppenheimer, que presenta un potencial muy substancial para el valor.
Su analista Jason Helfstein considera exactamente que las cuentas con anuncios y el fin de las cuentas compartidas, que se puedan convertir en los de nuevo usuarios o en pagos adicionales beneficiarán al crecimiento de Netflix, por lo que sobrepondera sus acciones con un precio objetivo elevado. De 415 dólares por acción.
Y es que los temores a que las cuentas con publicidad no funcionaran y la posible salida masiva ante la finalización de las cuentas compartidas es lo que ha llevado al valor a caer más de un 20% en el mercado. En concreto a lo que Helfstein considera los temores en torno a una mayor rotación por hacer cumplir el intercambio de contraseñas y un lanzamiento de anuncios más lento", exagerados.
Lo peor llega de ayer mismo y de Benchmark, que piensa que las acciones de Netflix son una venta en el mercado, aun con la opción de la publicidad y la mejora en esas cifras. Su precio objetivo, con potencial negativo en los 250 dólares por acción. Todo lo contrario que JPMorgan quien considera que, a largo plazo, su política sobre las contraseñas, a pesar de que a corto pueda suponer una caída de usuarios, será beneficioso para la empresa.
Desde Tipranks lo que vemos es que, de los 35 analistas que recoge su consenso, 17 analistas optan por comprar, 16 por mantener y 2 por vender sus acciones. En cuanto al precio objetivo de Netflix, lo coloca algo por encima de los 356 dólares por acción, con un potencial que supera el 16%.
Desde los Indicadores de Fuerza Premium que elabora Estrategias de Inversión vemos como la progresión de Netflix, también desde el punto de vista técnico, ha ido de más a menos a lo largo del año, con un inicio fulgurante que ha ido perdiendo fuelle en lo que llevamos de 2023. Así comenzaba desde muy fuerte para progresar a su situación actual, de neutral que ha cambiado desde fuerte desde el pasado 10 de marzo.
Una situación en la que, a medio plazo se mantiene débil, pero que alcanza fuerte en el largo plazo, en una operativa en búsqueda de figuras de vuelta y compra en soportes bajo el riesgo de acumulación de excesos y figuras bajistas.