Una polémica muy alejada de lo que nos tiene acostumbrados rodea en estos días a la estrella del pop Miley Cyrus y a otros de sus compañeros de profesión como Justin Timberlake, y es que sus conciertos en Helsinki podrían sufrir los efectos de la sanciones impuestas a Rusia tras la anexión de Crimea. Según informa Financial Times y recoge CNBC, el emplazamiento de sus shows es propiedad de tres ciudadanos rusos señalados directamente por Estados Unidos.

Live Nation es el promotor de los eventos, pero, de acuerdo con las nuevas sanciones, el grupo no podría completar ninguna transacción financiera o negocio con el Hartwall Arena de Helsinki hasta no recibir una autorización especial del Tesoro de Estados Unidos. Anthony Woolich, de la firma de abogados londinense Holman Fenwick Willan, explica que la legalidad del acuerdo entre ambas partes “dependerá de si las transacciones financieras se han realizado antes o después de la sanción (…) si Live Nation aún tiene que pagar dinero por usar el ‘local’ quizá si haya problemas”

Pura curiosidad o hecho puntual, lo cierto es que el caso de Helsinki pone de manifiesto la confusión e inseguridad jurídica que rodea a las sanciones impuestas por Estados Unidos a Rusia. Cómo de estricta va a ser la Casa Blanca es algo que las multinacionales, los bufetes de abogados y bancos de Moscú están tratando de resolver, señal Alexis Rodzianko, presidente de la Cámara Américana de Comercio en Rusia.

S.C.