“La gente rica prefiere invertir en compañías productivas mientras que los pobres prefieren 'trozos brillantes de metal'. Y eso son malas noticias”. Así resume Paul Merriman, colaborador de MarketWatch un artículo publicado recientemente por TheWeek.com, sobre los diferentes tipos de inversiones dependiendo del poder adquisitivo de cada uno.

Basado en una encuesta de Gallup, la conclusión es que los estadounidenses con mayores ingresos prefieren apostar por acciones y bienes inmobiliarios (un 87% de ellos son dueños de sus propios hogares), mientras que las familias con rentas inferiores a los 30.000 dólares al año eligen el oro como inversión a largo plazo (sólo el 18% de los norteamericanos ricos hizo esta apuesta).

“Las empresas cotizadas normalmente pagan dividendos y crecen mediante la producción de bienes que la gente demanda, mientras que el oro solo se sienta a esperar que alguien esté dispuesto a pagar algo más por él”, afirma Merriman.

Por otra parte, este experto interpreta que al invertir en activos inmobiliarios y renta variable los ricos muestran fe (en las leyes, en el mercado, en los gobiernos...) y, por tanto, son optimistas. “Un requisito para el éxito en la inversión a largo plazo es la esperanza en el futuro”. En este sentido, su consejo es: “Confiar en el futuro, mientras miramos al pasado”.

S.C.