Esta semana la tensión vista en el parqué del NYSE se ha visto claramente minimizada con un rebote en toda regla para los principales indicadores americanos, en este fin de semana largo que siguen viviendo con la fiesta del Memorial Day el Día de los Caídos, que da un respiro añadido a los índices de Wall Street.
Todo ello tras las ocho semanas a la baja vividas por el DOW JONES Ind Average, registrando su periodo más largo de pérdidas consecutivas desde nada menos que 1932, mientras que en el caso del S&P 500 y el Nasdaq se vivían siete semanas precedentes con caídas más que significativas.
Todo ello se quebró la pasada semana con la mayor recuperación para el Dow Jones y el S&P 500 desde noviembre de 2020, con avances respectivos en los cinco días bursátiles precedentes del 6,2% y del 6,5%, mientras que el Nasdaq OMX cerraba el pasado viernes con una recuperación del 6,8% acumulado desde el lunes.
Factores como los buenos datos de las ganancias minoristas y sobre todo la ralentización en la subida de la inflación han sembrado de compras a los indicadores. Precios que subieron en abril hasta el 6,3% frente a un año antes, pero dejando atrás los niveles máximos y marcando la primera desaceleración desde noviembre de 2020. Todo ello acompañado de un gasto del consumidor que crece casi un punto porcentual en el último mes.
Y lo que es mejor, lo que se conoce en el desglose de los precios de consumo como “la inflación de la FED”, el índice de precios de los gastos de consumo personal en abril, que creció también en menor medida: a niveles del 4,9% frente al 5,2% de avance en marzo. Es la ratio que más sigue la Reserva Federal a la hora de establecer las posibilidades de subida de tipos.
Sin embargo, los analistas no consideran que lo peor haya pasado ya. De momento ven en el rebote una oportunidad de entrar en el mercado, con precios en las acciones mucho más atractivos. Pero la clave será si ha llegado la estabilización, y nadie todavía se atreve a decir que lo peor haya quedado atrás hasta consolidar las ganancias incluso esta misma semana.
Esos recortes profundos en algunas acciones, como las tecnológicas son consideradas por muchos como elevadas y además demasiado profundas: caída excesiva y muy rápida que esta pasada semana se ha intentado depurar con las compras.
Durante la presente y corta semana en Wall Street, el mercado se prepara tras la fiesta de hoy para encarar la cita estrella de la semana: el informe de empleo de mayo que se conocerá en Estados Unidos el viernes que viene. ¿Qué se espera de él? Que la evolución del mercado laboral estadounidense del último mes muestre sólidas ganancias laborales, pero, a su vez, una desaceleración frente al fuerte crecimiento registrado en el mes de abril.
En la agenda macroeconómica estadounidense se suman además datos significativos como el ISM manufacturero, las ventas mensuales de vehículos con el cierre del mes y el libro beige de la Reserva Federal, a los que se suman las ofertas de empleo. Todo ellos se conocerán el próximo miércoles.
En cuanto a las previsiones de ritmo de creación de empleo, las estimaciones de consenso indican unos 325.000 nuevos puestos de trabajo frente a los 428.000 registrados en abril.
También Wall Street estará muy atenta a los resultados empresariales, aunque no serán demasiados. La atención se centrará en los de Saleforce.com, Hewlett Packard y en la minorista de mascotas online Chewy.
