Algunos inversores están empezando a cuestionar si la economía y Wall Street pueden seguir a la cabeza de los mercados mundiales de renta variable tras una prolongada racha alcista en la que hemos sido testigos de una revisión al alza de las valoraciones. Apunta Dominic Rossi, director de renta variable de Fidelity, que “la respuesta es un sí rotundo”: “Aunque la economía estadounidense ha tenido un mal comienzo de año, creo que la fortaleza y duración de su reactivación sorprenderán a los inversores”.

Mantiene Rossi que la volatilidad sigue estable, las acciones no están caras por valoración y los beneficios pueden seguir subiendo a pesar de las dudas sobre si la rentabilidad empresarial ha tocado techo. En este sentido, y a tenor de las perspectivas de que se mantengan las favorables condiciones de liquidez, el experto de Fidelity considera que “un retorno del 'culto a las acciones' puede propiciar un mercado alcista plurianual en la renta variable”.

Tras un excelente 2013, el primer trimestre ha sido bueno en las bolsas. Reflexiona el estadounidense de origen italiano que la resistencia de los mercados ha sido bastante impresionante, dado que existían muchos motivos para que cundiera el miedo: “A pesar de la incertidumbre derivada de la crisis en Ucrania y el hecho de que el crecimiento estadounidense fue débil (debido fundamentalmente al mal tiempo), las bolsas se han sacudido estos problemas. En este sentido, aunque los inversores tenían suficientes motivos para vender, fue sorprendente la resistencia de la que hicieron gala y la contención que caracterizó a la volatilidad durante este periodo”.

Por ello, dice Rossi, la volatilidad bursátil se ha estabilizado en niveles bajos por la confianza en las positivas perspectivas a largo plazo para la economía estadounidense. Matiza este analista que, “aunque muchos inversores se habituaron a unas cotas elevadas entre 2008 y 2012, creo que la volatilidad puede permanecer en niveles bajos durante un periodo prolongado, como ocurrió en la década de 1990. Los inversores no deberían limitarse a analizar el pasado reciente”.

En lo que respecta a los posibles catalizadores de volatilidad, el ciclo de los tipos de interés se ha convertido en el punto clave. En una rueda de prensa reciente, la presidente de la Reserva Federal (Fed), Janet Yellen, dejó escapar un "seis meses" en respuesta a cuándo podría arrancar el ciclo de los tipos de interés tras la finalización del "tapering". Aunque se produjo un pequeño repunte de la volatilidad y las bolsas cayeron al conocerse la noticia, los bonos del Tesoro de Estados Unidos a diez años no mostraron reacción alguna, lo que indica que los inversores no están en absoluto preocupados por el riesgo de inflación.

En esta línea añade Dominic Rossi que “la inflación es extremadamente baja y las perspectivas de incremento de las presiones son mínimas. El grado de comprensión del tapering es bueno actualmente y Yellen considera que el mercado laboral de Estados Unidos todavía tiene que mejorar, por lo que creo que seguiremos viendo una política expansiva por parte de la Fed”.

Todo esto dibuja un escenario optimista para Estados Unidos. Dice el experto de Fidelity que “me parece que el mercado no está reconociendo totalmente la rapidez con que la economía estadounidense se está fortaleciendo. Los datos están mejorando de forma generalizada, ya sean las cifras de créditos, los PMI manufactureros, los PMI de servicios o la confianza del consumidor. El crecimiento estadounidense va a sorprender al alza y volveremos a hablar de tasas por encima del 3%”.

La rapidez con que está corrigiéndose el déficit presupuestario es notable. Desde 2009, se han recortado 600.000 millones de dólares de un déficit presupuestario de 1.500 millones. Resulta plausible que el presidente Obama cierre su mandato con superávit en las cuentas públicas. En ese caso, desde la firma norteamericana señalan que “nos encontraremos con una bolsa estadounidense similar a la que vimos a finales de la década de 1990 (con el superávit presupuestario de Clinton) y apoyada por unas buenas condiciones de liquidez. Cuando un estado tiene superávit, los ahorros de la población fluyen hacia la bolsa, lo que impulsa las valoraciones”.

Como resultado de estas favorables condiciones de liquidez, Rossi cree que podríamos asistir a un retorno al “culto a las acciones” y, en última instancia, algunos sectores y mercados bursátiles podrían empezar a estar caros. En este sentido, mantiene este experto que las bolsas ya no están baratas, pero tampoco están caras: “En Estados Unidos vemos una situación ligeramente inusual en las perspectivas de beneficios en estos momentos. Generalmente, comenzamos el año con previsiones de beneficios elevadas y poco realistas que posteriormente se revisan a la baja. Este año ocurre lo contrario: las expectativas son bajas y probablemente tengamos una buena temporada de beneficios”.

Por tanto, considera Dominic Rossi que el mercado estadounidense va a romper al alza con fuerza, dejando atrás su periodo actual de consolidación. A la vista de los bajos niveles de los rendimientos en la deuda corporativa de Estados Unidos y la Zona Euro, “las acciones se perfilarán como una opción atractiva a medida que se vayan publicando las cifras de beneficios. No obstante, advierte el director de renta variable de Fidelity que “el peligro es que la renta variable estadounidense tenga un año demasiado bueno, en lugar de demasiado malo, a la vista de las buenas perspectivas tanto de liquidez como de beneficios”.

En este aspecto, dice el analista estadounidense que, es evidente que algunos inversores han quedado un tanto traumatizados por el mercado bajista en las bolsas y siguen siendo relativamente temerosos. Sin embargo, a su juicio estamos en medio de un mercado alcista y en un mercado alcista se compra con las caídas: “Desde esta óptica, si se produce una corrección de mediados de ciclo por el comienzo previsto de las subidas de tipos en 2015, sería una oportunidad de compra. Creo que el S&P 500 podría subir hasta los 2.000-2.300 puntos desde los 1.800 puntos actuales”.

Si fijamos ahora nuestra vista en otras regiones más allá de Wall Street, afirma Rossi que la mayoría de los mercados tienen que enfrentarse a sus problemas estructurales: “Se crearán importantes divergencias entre los mercados emergentes, lo que aconseja el uso de estrategias de inversión activas y selectivas. Las economías que afronten sus problemas estructurales, como China, son los mercados clave a tener en cuenta. Las economías y mercados europeos todavía se enfrentan a dificultades reales, a pesar de las mejoras que hemos observado en la confianza de los inversores. Entretanto, Reino Unido tiene algunos problemas políticos que resolver y Japón debe conseguir resultados con sus reformas estructurales dentro de su propia inercia política”. Entonces, sólo nos queda Wall Street.

¿QUÉ HACEN AHORA LOS MERCADOS?

Miramos a los índices europeos. El Ibex 35 sube un 0,66%, hasta los 10.387,70 puntos. Por valores son Bankinter (+2,58%) y Banco Popular (+2,05%) los que más suben, mientras que las mayores pérdidas las encontramos en Inditex (-0,28%) y Enagás (-0,24%).

Fuera de nuestras fronteras, los índices europeos cotizan con saldo positivo: Cac 40: +0,20% (4.469,37 puntos); Dax 30: +0,87% (9.528,65 enteros); Ftse 100: +0,53% (6.735,59 puntos); y EuroStoxx 50: +0,64% (3.185,95 enteros).

María Díaz