Musk, que hace unos días censuró a los ejecutivos que querían trabajar desde casa, explicó a los empleados de Tesla que tiene un “súper mal presentimiento” sobre la economía y que desea “pausar todas las contrataciones” del fabricante de coches eléctricos y recortar alrededor del 10% de su plantilla, que se sitúa en el entorno de las 100.000 personas.
La advertencia, que llegó en forma de correo electrónico a toda la empresa, se produce en medio de lo que probablemente sea un trimestre sombrío para Tesla, que ha visto cómo su fábrica de Shanghái ha cerrado durante 22 días, con una producción más lenta en su reapertura, gracias al estricto cierre por el Covid en la ciudad. Es probable que las entregas se vean afectadas, y el grupo también tendrá que realizar una notable depreciación de sus participaciones en bitcoin, que han bajado un 33% desde finales de marzo.
De hecho, varios analistas han recortado los objetivos de precios de Tesla recientemente, previendo una ralentización de las entregas debido precisamente a los confinamientos en China y a la pérdida de producción en su planta de Shanghái, un centro de suministro de vehículos eléctricos a China y para la exportación. El gigante asiático representó poco más de un tercio de las entregas globales de Tesla en 2021, según las revelaciones de la compañía y los datos publicados sobre las ventas allí.
Antes de la advertencia de Musk, Tesla tenía unas 5.000 ofertas de trabajo en LinkedIn, desde ventas en Tokio e ingenieros en su nueva gigafábrica de Berlín hasta científicos de aprendizaje profundo en Palo Alto.
Advertencias de Dimon (JP Morgan) y Waldron (Goldman Sachs)
“La mala sensación de Musk es compartida por mucha gente”, señala Carsten Brzeski, jefe global de investigación macroeconómica del banco holandés ING. “Pero no estamos hablando de una recesión global. Esperamos un enfriamiento de la economía mundial hacia finales de año. EEUU se enfriará, mientras que China y Europa no van a repuntar”.
Las sombrías perspectivas del hombre más rico del mundo se hacen eco de recientes comentarios de ejecutivos como el consejero delegado de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, y el presidente de Goldman Sachs, John Waldron.
Un “huracán está ahí fuera, viniendo hacia nosotros”, llegó a decir Dimon a principios de semana. La inflación en EEUU se sitúa en máximos de 40 años y ha provocado un salto en el coste de la vida de los estadounidenses, mientras que la Reserva Federal se enfrenta a la difícil tarea de frenar la demanda lo suficiente como para frenar la inflación sin provocar una recesión.