Las quinielas sobre quienes serán los próximos miembros de la Comisión Europea (CE) no cesanEn el aire todavía uno de los cargos más "apetecibles": el del comisario europeo de Asuntos Exteriores y Financieros. Los expertos en materia europea especulan con que el sucesor de Olli Rehn será un socialista y parece que los mejor posicionados son el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, y el exministro francés de Finanzas, Pierre Moscovici.

Para España la mejor opción sería la elección de Dijsselbloem pues dejaría a Luis de Guindos el camino libre hacia la presidencia del Eurogrupo. No obstante, nuestro país se quedaría al margen del nuevo eje, Francia e Italia, favorable hacia unas políticas de control presupuestario más laxas.

La oposición del ministro de Economía español a ellas es manifiesta. Ayer, en la reunión del Ecofin en Bruselas, volvió a ponerse del lado de Alemania en lo que se refiere al rigor presupuestario. Según El Confidencial, la postura española puede responder a que el voto germano es clave para la elección del propio De Guindos como presidente del Eurogrupo de forma exclusiva y permanente (ahora se compatibiliza con el cargo de ministro nacional), y de ahí que España –todavía con alto nivel de déficit público– se ponga a favor de Alemania.

La posición española, en todo caso, contrasta con la que hasta ahora ha ejercido el presidente Rajoy, que siempre ha presumido de que España ha tenido las manos libres para negociar con unos y con los otros.

Ahora lo único que está claro es que la presencia de De Guindos en Europa es un objetivo prioritario de la política exterior española, y el propio ministro de Economía dijo ayer en Bruselas que la presidencia del Eurogrupo “tiene que formar parte de una negociación global”.

M.D.