CORRECCIÓN: había errores en el segundo y tercer párrafos sobre los porcentajes de revalorización de los índices hasta llegar a sus máximos.
¿Cómo será 2014? He ahí la cuestión porque, aunque aún queda más de un mes para que termine este 2013, los inversores ya miran hacia el año que viene, con el objetivo de saber si será un buen año para las bolsas. La crisis que ha azotado a los mercados y a la economía desde 2007 ha demostrado que “los cisnes negros” no son tan excepcionales como antes del estallido del sistema financiero mundial. Se hace complicado descartar eventos inesperados que vuelvan a desestabilizar las bolsas, como fueron la quiebra de Lehman Brothers o el rescate de Grecia.
Sin obviar el pasado pero mirando al futuro, y siempre analizando el presente, analistas, expertos y brókers han sacado ya su bola de cristal. Ayer lo hicieron en Barclays y, en sintonía con otras casas de análisis, esperan un 2014 en el que la bolsa europea sea más rentable que Wall Street. Los argumentos tampoco difieren de los empleados por sus colegas y se basan, sobre todo, en el potencial alcista que ofrece la renta variable del Viejo Continente en comparación con la bolsa de Nueva York. Con la excepción del Dax de Alemania, que como Dow Jones y S&P, cotiza en máximos históricos, índices como el que engloba a la media europea, el Eurostoxx 50, están lejos de sus cotas máximas pre-crisis. En concreto, este selectivo paneuropeo todavía registra caídas del 44% desde sus cotas máximas. Este porcentaje en el Cac es del 38%.
En el caso del Ibex 35, tocaba sus máximos en noviembre de 2007, en los 16.040,40 puntos. El índice ha caído un 40% desde ese nivel. El porcentaje está en línea con el que arrojan Cac y Eurostoxx, y le acerca más a sus máximos que en el caso de Italia, donde el Mibtel este porcentaje es del 58%.
Volviendo a Barclays y a su optimismo con respecto a Europa, el bróker argumenta que las bolsas del Viejo Continente están “significativamente infravaloradas” y, por eso, apuestan porque recuperen esos máximos históricos a finales del año que viene. “Los mercados europeos parecen significativamente baratos respecto a otras regiones si nos fijamos en la historia (…) Los inversores en Europa aún sufren una aversión indebida al riesgo”, a pesar de que el escenario de crisis de 2011 y 2012 ha quedado atrás, apuntan en Barclays. Los analistas británicos reconocen que en los últimos meses se ha revertido este temor, “pero aún hay espacio para que este proceso continúe”.
Esa historia a la que apelan, indica que desde 1975, el precio relativo de los índices europeos frente a los estadounidenses no había registrado niveles tan baratos. “Muestran un descuento de hasta el 30%”, cifran, y aventuran que “pensar en que las bolsas europeas dupliquen su valor en cinco años no es una exageración”. Shane Oliver, responsable de estrategia de AMP Capital, vuelve sobre la idea del potencial de Europa: “Sus índices están muy lejos de sus máximos, lo que nos dice mucho sobre el potencial de revalorización”. Concluye tajante este experto que, si además calculamos que las acciones de la Zona Euro cotizan a una media de 11 veces sus beneficios y Wall Street lo hace a 15 veces, “el punto de partida en Europa es mucho más atractivo”.
CNBC aporta un dato relevante: según una encuesta realizada por Bank of America Merrill Lynch, los todopoderosos hedge funds eligen a Europa como su región desarrollada favorita para invertir el año que viene. Sólo un 12% de los encuestados cree que en 2014 los riesgos a los que se enfrentarán los mercados llegarán de Europa, muy por detrás del 50% que ubica en Estados Unidos el epicentro de las tensiones.
Ninguna de las dos regiones está libre de ver sobrevolar un “cisne” sobre sus cabezas, aunque no sean negros al estar casi anotados en el calendario como citas a las que asistir y, por tanto, descontadas por el mercado. A esta orilla del Atlántico, no se ha descartado nunca que Grecia necesite más fondos internacionales, a pesar de que su economía se mantiene en pie gracias a un segundo rescate. Además, la asistencia a Portugal llegará a su fin en 2014, y Lisboa amenaza con solicitar una línea de crédito al fondo de rescate europeo (ESM por sus siglas en inglés) porque, a diferencia de Irlanda y del rescate financiero de España, ya estima que no podrá financiarse por sí misma. Otro factor de inestabilidad en Europa podrían ser los resultados de los tests de estrés a los bancos, tanto por si arrojan sorpresas desagradables en entidades sistémicas como por si el mercado desconfía de su credibilidad.
En la otra orilla del "Charco", los riesgos tampoco son una sorpresa: tapering y bloqueo fiscal del Gobierno. Salvo que la Reserva Federal (Fed) sorprenda al mercado adelantando el inicio de la retirada de estímulos a diciembre, “el principio del fin” comenzará en marzo. Así lo espera el consenso, y así advierte Soledad Pellón de IG Markets: “2014 va a ser un año más difícil para Wall Street, porque ha vivido de la liquidez de la Fed”. Esta estratega se posiciona, por tanto, en la línea de Barclays, y espera que el año que viene sea mejor para las bolsas europeas que para Estados Unidos también al calor del potencial que ofrece el Viejo Continente. Pellón vaticina subidas anuales que rondarán el 10%, y ve al Ibex 35 en los 11.000 puntos. Hoy, el selectivo español sigue luchando por afianzar los 9.600 puntos, y se mueve completamente plano a media sesión. El resto de plazas europeas tampoco adopta una tendencia definida en esta última sesión de la semana.
En cuanto al bloqueo fiscal en Estados Unidos, que implica fenómenos nada ajenos como el shutdown o el debt celing (techo de deuda), provocará momentos de incertidumbre que también pesarán sobre la bolsa de Nueva York. Además, las negociaciones entre demócratas y republicanos se intensificarán entre la segunda quincena de enero y comienzos de febrero, fechas en las que también se celebra una reunión de la Fed, los días 28 y 29 de enero. Nadie menciona esta reunión como el encuentro en el que se anunciará el tapering, quizá porque es la última de Bernake y no es una de las que ofrece comparecencia posterior del presidente aunque, por otra parte, la de marzo es la primera de su sucesora, Janet Yellen. También puede influir que coincide con esas negociaciones sobre el presupuesto de Washington.
En este sentido, ya hay precedentes de una “marcha atrás” de la Fed, que se suponía que iba a anunciar el tapering en septiembre y no lo hizo ante el inminente bloqueo del Gobierno de Estados Unidos. Aunque, claro, si de “rizar el rizo” se trata, también se puede argumentar que Bernanke no modificó su guión por los problemas político-económicos del país, sino que se aferra con frialdad a su táctica de engañar al mercado para que vaya asimilando que, tarde o temprano, debe sobrevivir sin su liquidez. Por no hablar de que poco importa que Europa no sea el epicentro de los problemas si, cuando Estados Unidos estornuda, el mundo se resfría.
María Gómez