Si miramos atrás, a lo inmediatamente anterior, nos encontramos con que Amazon acaba de cerrar un primer semestre del año para olvidar. Primero en su conjunto y después en su consecución determinada en los últimos días de estos seis primeros meses del año que acaban de concluir.
Por un lado, nos encontramos con esa caída que rozaba el 35% para el valor, la de mayor cuantía desde el tercer trimestre de 2001 y se muestran muy por encima de las del S&P 500, del 19,4%. Y por el otro con resultados que en abril no convencieron al mercado, con una desaceleración del crecimiento de ingresos, que después llevaba a renunciar en su puesto a Dave Clark, el director ejecutivo del negocio de consumo mundial de la compañía.
No volverá Amazon a confesarse en el mercado hasta el 4 de agosto, cuando conozcamos las cuentas su segundo trimestre fiscal, claves ya en sus guías, para el mal comportamiento del valor en los últimos meses. Recordemos que sus ingresos previstos para el trimestre actual se mueven en una horquilla de entre 116.000 a 121.000 millones de dólares, frente a los esperados por Wall Street de 125.500 millones para la compañía.
Por el otro este trimestre y el semestre también se cerraba para Amazon con una rebaja de valoración el pasado día 18 por parte de UBS que le hacía retroceder en el mercado por encima del 4,8%. Recortaba su precio objetivo un 20% desde los 209 dólares a los 167 dólares actuales, ya por debajo de la valoración media de consenso para el valor.
Ya que desde TipRanks se destaca que de los 38 analistas que siguen el valor, 37 apuestan por comprar las acciones de Amazon en el mercado y uno opta por mantener. En cuanto al precio objetivo medio del valor 177,58 dólares por acción, lo que le posibilita un avance potencial medio del 62%.
Desde la firma suiza, el analista Lloyd Walmsley mantiene su recomendación de compra sobre el valor, pero lo cierto es que esa rebaja drástica de su PO se produce por lo que considera “ciertos riesgos para el comercio electrónico y para la perspectiva financiera en la nube, donde AWS es la líder del mercado.
De hecho, reduce su estimación de ingresos para todo 2022 hasta os 523.200 millones desde los 526.700 anteriores y también hace los mismo para 2023, cuando espera que Amazon gane por debajo de los 600.000 millones en el año, en concreto 598.700 frente a las estimaciones anteriores que lo cifraban en 615.900 millones. A pesar de todo, considera que su perspectiva sobre Amazon es positiva eso sí, a largo plazo y que todo dependerá, en su comportamiento, de lo negativo o no que sea el ambiente económico que se presenta en los próximos meses.
De momento el desdoblamiento de las acciones no ha producido mejora alguna, mientras el valor recupera en el mercado en este inicio bursátil de julio, con la fiesta hoy del 4 de julio en Wall Street y tras las caídas de cierre de trimestre.
En las últimas cinco sesiones el valor cede casi un 6% que se convierte en pérdidas del 10,45% en el mes. Recortes trimestrales del 33% que se traducen en descensos anuales para la cotización de Amazon del 34,3%. En Interanual, las caídas alcanzan el 37,5%.
Aun así, los analistas consideran que, con su capitalización de 1,2 billones, Amazon cotiza solo 2,4 veces sus ingresos de los últimos 12 meses. Ese nivel está en línea de la media que marca el S&P 500, pero se coloca muy por debajo de sus homólogos del Nasdaq, que, de media, alcanzan un múltiplo de 4,5 veces. De ahí que incluso desde UBS apuesten por el valor, pero más allá de 2023.