Los miembros del Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC) prevén dos subidas de tipos este año, aunque al mercado no le salen las cuentas. Para que eso ocurriera deberían elevar una vez el precio del dinero antes del verano y otra vez a finales porque hay una regla no escrita, el banco central no sube los tipos antes de las elecciones presidenciales y este año estamos en año electoral.


Los expertos consideran que la gradual recuperación económica de la eurozona podría apoyar la moneda única, lo que les permitiría subir los tipos. Aunque algunos analistas como los de Saxo Bank lo tienen claro, “Nada le gustaría más a la Fed que esconderse en una cueva y no hacer nada hasta pasadas las elecciones presidenciales, pero por desgracia no tiene esa opción”.


En la firma explican que “además, las preocupaciones sobre las elecciones de Estados Unidos están dañando los niveles de confianza generales, lo que podría detener la mano de la FED de todos modos”.

Hablando de la reunión de abril, la mayor parte de los economistas destacan que estamos ante un encuentro de tránsito en el que sobre todo se hablará de junio. Quizá por eso no sea tan interesante el comunicado del miércoles, como  las actas de que se harán públicas un par de semanas después.

 
Con todo, recuerdan, que en el comunicado de noviembre, un mes antes de la primera subida de tipos del año pasado, ya se podían ver algunas señales.

Coincide esta reunión con la publicación de algunos datos como la confianza del consumidor que pueden servir para justificar la inacción. Como explica Cárpatos en su sección “las cifras macroeconómicas que hemos tenido esta semana y que se han puesto encima de la mesa no han salido satisfactorias, algo que en cierto sentido debería alegrar al mercado por no apoyar a la FED, el problema es que cuando hay una saturación de malos datos, empieza a ser preocupante, por lo que estamos en una situación de acoso y derribo que al final pues acaba pasando factura a las cotizaciones”.

De hecho, parece que los datos de crecimiento de la economía del país se han ido debilitando en el primer trimestre, ya que algunos expertos incluso han llevado sus previsiones a cero, desde la expansión del 1,4% en el pasado trimestre. Por otro lado, habrá que ver cómo evoluciona el segundo trimestre  de este ejercicio.

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Por el momento parece que el empleo sigue dando buenas noticias, aunque los datos de inflación siguen muy por debajo del objetivo de la FED a largo plazo del 2%. En marzo, de hecho crecieron a un ritmo del 0.9% debido  a los bajos precios de la energía tras desacelerar por segundo mes consecutivo.

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Por otro lado, algunos de los riesgos internacionales como China, o el fuerte descenso del petróleo parece que se han relajado, aunque algunos analistas consideran que la FED no subirá los tipos antes de que el Reino Unido descarte el Brexit.

En resumen, la reunión de abril solo nos servirá para saber si en junio debemos estar preparados a un alza de los tipos o tendremos que seguir esperando. Con todo, es algo a lo que la FED ya nos tiene acostumbrados a lo largo de su historia.

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