La x en el calendario está marcada para el próximo domingo 26 de octubre, según
información filtrada por Reuters, si bien se trata de una fecha oficiosa y muy próxima al día límite estipulado como es el 4 de noviembre, momento en el que el Banco Central Europeo se erija como supervisor único de los bancos de la eurozona. Las entidades comunitarias se encuentran, sin embargo, mucho más familiarizadas con estas pruebas que arrancaron su andadura en el mes de mayo y que se encuentran divididas en cuatro fases.

¿Cuál es el filtro seguido por el BCE y la EBA (European Banking Association) para realizar estos exámenes? Se someterán a ellos 124 entidades siendo aquellas que superen los 30.000 millones de euros en activos. Representan alrededor de un 80% del total del sistema financiero. En lo que respecta a España son 16 entidades nacionales. Además de las cotizadas, Unicaja, Catalunya Banc, Novagalicia, BMN, Ibercaja, Ceiss, Kutxabank y Cajas Rurales Reunidas. Se valoran las cifras de la banca a 30 de diciembre de 2013.

Dos exámenes: un AQR y uno estresado

La valoración que se ofrecerá de la banca europea a finales de mes va mucho más allá de unos supuestos sobre su viabilidad en un escenario más controvertido que el actual. El proceso está dividido entre el ya mencionado escenario estresado y las valoraciones AQR (Asset Quality Review) en las que se analizará la calidad de los activos. No se examinarán todos, en cualquier caso, sino los préstamos corporativos de gran envergadura y en el caso de los créditos al consumo o hipotecarios se analizarán de manera aleatoria.

Y con objeto, asegura la tasadora Tinsa, de conseguir “una mayor homogeneidad” el BCE ha establecido que se clasifiquen “como dudosas las exposiciones en situación de mora superior a 90 días”, incluso aquellas que no hubieran sido clasificadas como problemáticas por la propia entidad. Por cierto que, hablando de tasadoras, se ha exigido toda una serie de requisitos para su contratación con tal de evitar cualquier tipo de condolencia o amiguismo.

La segunda parte de esta prueba son los archiconocidos stress test o lo que Enrique Pérez-Hernández, profesor del Executive Master en dirección de entidades financieras del Instituto de Estudios Bursátiles y un reconocido experto en el sector, califica como una “simulación de una pequeña debacle en el escenario mundial”. Llevar las entidades al límite. Un informe de JP Morgan identifica al Banco Sabadell como la entidad más vulnerable a estas pruebas de esfuerzo pues su ratio de capital Core Tier 1 –de primera calidad- se situaría en el 5,7% en 2016 en un escenario estresado y el mínimo es del 5,5%. Sus pérdidas ascenderían a los 472 millones de euros.

¿Y los resultados?

En principio, nadie duda de que sean favorables para la banca española a quien Citi concede un ROE (return on equity o rentabilidad financiera) estimado del 11% frente a una media del 6% de la italiana o un 9% en el caso de Grecia.
Las estimaciones de Deutsche Bank contemplan, de hecho, sólo tres suspensos de entre las casi 130 entidades analizadas: el italiano Banca Monte dei Paschi di Siena y dos griegos, Piraeus y Eurobank. Ahora bien, como la rumorología es algo intrínseco al mercado…siempre hay quien quiere sacar punta. Es el caso de Goldman Sachs que ha hecho públicas en un informe las dudas de 150 inversores mundiales entrevistados por la estadounidense y que dejan a la entidad presidida por Ángel Ron, Banco Popular, con un interrogante sobre su cabeza.

Los expertos consultados no dan credibilidad a esta afirmación, aunque Pérez-Hernández, sí reconoce dos aspectos a considerar respecto a las entidades españolas. La primera de esas dudas tiene que ver con los créditos concedidos a PYMES, independientes de “los préstamos dados al sector promotor y constructor, bien provisionados por el Decreto De Guindos”, debido a “una posible insuficiencia de garantías”. La segunda se refiere a los posibles descuentos que haya sufrido la deuda pública que tengan en cartera. En todo caso, se trata sólo de pegas o peros forzados puesto que recuerda que “España ha provisionado desde 2008 225.000 millones de euros”. En su opinión, “no hay un país que haya mayor esfuerzo de limpieza en su balance que España”.

Goldman Sachs habla asimismo de unas necesidades de capital adicionales de 51.000 millones de euros para el conjunto de la banca europea, cifra “un poco exagerada”, en opinión de Jorge Maestro, CFA y corporate controller del Grupo Esmalglass-Itaca.

Y entonces ¿nadie plantea dudas? Lo llamativo es que sí, a pesar de que nadie haya hecho demasiado hincapié en ellos. Puede que no recuerden que en tiempos del rescate bancario a España se utilizó como arma arrojadiza el oscurantismo con el que Alemania trataba a sus cajas de ahorros y, a día de hoy, -aunque latente- todo permanece como estaba.
Según cálculos estimados a cierre del año 2012, las conocidas como sparkassen podrían acumular unos 250.000 millones de euros de activos tóxicos, cifra nada desdeñable si se considera que representan un tercio del sistema financiero germano. Ya desde 2009 se hablaba de la posibilidad de que saltara por los aires un esquema bancario liderado por los landenbanken. ¿Dónde reside el problema? Explicado de una manera muy sencilla, un préstamo concedido por una caja germana contaba con la garantía del global de su lander bancario con lo que podían aumentar el volumen de dinero concedido y elevar el umbral de riesgo, aunque de manera individual no tuvieran en balance el nivel de provisiones necesario.

En cualquier caso, no serán un problema gracias a su tamaño. No entran en el mínimo exigido por el BCE para ser analizadas.

El otro gran asunto es algo más técnico, pero muy simple, y del que, por cierto, escapan con creces las entidades españolas. “Los bancos nacionales precisamente trading no hacen”, asegura Jorge Maestro, “más bien se limitan a generar negocio y cubrir riesgo”. El Banco Central Europeo y la EBA van a tener en cuenta en su análisis tres tipos de carteras diferentes: de inversión, la de trading y una tercera cartera de venta inmediata. La que nos incumbe en esta ocasión es la conocida como proptrading o proprietary trading. Resulta que la debilidad de algunas importantísimas entidades europeas podría venir por el lado de sus operaciones en el mercado. Es el caso de Deutsche Bank o alguna entidad francesa, como Société Générale, según apuntaban ya hace meses fuentes del mercado.

El después de los resultados

La primera de las consecuencias va a ser el hecho de que los bancos adopten decisiones. Analistas financieros coinciden en que la decepción del resultado del primer TLTRO (Targeted Long-Term Refinancing Operations) celebrado el 18 de septiembre pasado se debió a la precaución de los bancos que prefieren esperar al 26 de octubre y ejecutar después. La banca europea pidió entonces un tercio de lo esperado, esto es 82.600 millones de euros, pero ¿por qué? “Su idea (la del BCE) era buena. Quería prestar a las familias y PYMES”, nos dicen desde el IEB, pero la banca decidió no tomar el sendero marcado por Mario Draghi por tres motivos. El primero es obvio: quieren ver qué necesitan realmente y eso se lo dirán los test de la EBA. Dos: evidentemente prefieren el dinero del mercado interbancario que, además de no exigirle condiciones –como sí hace el BCE- está más barato. Increíble, pero cierto. El Eonia, el tipo de interés interbancario, se ha encontrado estas últimas semanas en negativo incluso. Y tercer motivo y último: “no encuentran demanda solvente”, asegura. “Pocas PYMES merecen ser prestadas”.

Esto nos lleva directamente a la primera de las consecuencias. Desde el IEB estiman que en la segunda subasta de liquidez del BCE del mes de diciembre los bancos pedirán todo lo que no solicitaron en septiembre. El capital máximo que pueden recibir las entidades españolas ronda los 50.000 millones de euros, según los criterios requeridos por el organismo comunitario.

No hay que olvidar las peticiones semanales que las entidades realizan al BCE dentro de este mismo programa LTRO. En las tres últimas semanas, la banca europea se hizo con 25.000 millones a un tipo de interés del 0,15%.
Segunda consecuencia para los cateadores. Se contempla un plazo de seis meses concedido a aquellas entidades que no pasen con éxito las pruebas.

Tercer aspecto a considerar que, más que una consecuencia, es un hecho aprobado con anterior. El 4 de noviembre el BCE pasará a ser el supervisor único del sistema financiero. Adiós al control regional y a la soberbia germana porque Draghi podría dar más de un toque al gobierno de Angela Merkel.

Si quiere ver el informe completo, pinche aquí