Pero, ¿por qué los mercados se han tomado tan mal que Dilma Rousseff no suelte las riendas de la economía carioca?
A Rousseff se le ha tachado de usar políticas que aumentan la inflación, frenan el crecimiento y retraen las inversiones del país. De hecho, como explica Diego González González, de Bull4All Advisor EAFI, “actualmente Brasil destaca por unos crecimientos bajos y una alta inflación (6,5%), es decir, tiene que enfrentarse a una situación de estanflación. Los drivers que impulsaron su economía en el pasado: fuerte crecimiento de China y los altos precios de las materias primas, han desaparecido y parece que en el medio plazo no volverán. Fruto de todo esto existe un malestar social con altas tasas de paro y falta de acceso a servicios como infraestructuras, sanidad y educación”. Y, si en estos años ha sido Rousseff la que ha llevado a Brasil a este negativo escenario económico y social, es lógico que se descuente negativamente su reelección y una previsible política continuista.

A pesar de la continuidad en la política, la necesidad de frenar la inflación es imperioso, por eso, desde Citi indican que “el banco central brasileño implementará medidas para contrarrestar las presiones inflacionarias. Sin embargo, al menos al principio, esperamos un aumento de la pendiente de la la curva de rendimiento, con el extremo largo contaminada por las expectativas de inflación”. 


¿Qué supone Brasil para Santander?
Supone casi todo. La estrategia de la entidad presidida por Ana Patricia Botín se ha centrado en los últimos años en este país, al calor de las mieles que prometía la creciente clase media brasileña. Muestra de ello es que Brasil es el segundo país que más beneficios le reporta (un 19% del total del grupo, solo por detrás de Reino Unido). Además, en la cartera principal del banco, es decir, la de créditos, Brasil supone un 10% del total, lo que le convierte en la tercera región con más peso. Además, "intenta ser lider en el mercado brasileño, aunque aún hoy otra entidad que lo