Es un claro ejemplo de un péndulo de cotizaciones emocionales, más que racionales. Durante el clímax de la crisis financiera BME
cayó hasta los 13,80 euros, dejando una capitalización bursátil de 1.500 millones de euros. Si ajustamos el precio de la compañía a su caja neta, que son 200 millones de euros y le aplicamos el Ebitda, BME salía valorada en 6 veces su Ebitda, una excelente valoración.
Tras la indiscriminada venta, el mercado se reguló y benefició a BME. Hoy la compañía cotiza a 11 veces Ebitda, lo que es un ratio más que razonable y un ratio Per de 18 veces. El Per sería correcto, algo sobrevalorado, pero teniendo en cuenta que tiene una rentabilidad por dividendo del 5% y con un negocio monopolístico, el Per estaría por encima de la media histórica que se sitúa en 15x. Por fundamentales, BME está correctamente valorada, pero nada barata.


Hay que destacar su independencia, aunque tarde o temprano será integrada en otro grupo bursátil porque es muy apetecible.

El valor ha roto la resistencia de 27,50 euros que venía frenando su cotización desde 2008. Tras una subida del 123%, el valor está preparado para encarar un terreno con resistencias poco significantes, es decir, prácticamente en subida libre. La situación de nuevos máximos nos impide entrar ahora en el valor, por lo que esperaríamos una corrección hasta la zona de 29,50 euros para entrar y hacer swing Trading.