Tras la fuerte subida experimentada por las FAAMG en el año 2020, el S&P 500 estaba cotizando aproximadamente en torno a un 12% por encima de la media de 200 sesiones.
Los valores que lideraron el movimiento a la baja de la semana pasada fueron: Apple, Microsoft, Google, Facebook y Amazon, justo los que más habían subido el año 2020.
El viernes se produjo la expiración de los contratos de futuros y opciones, y a los creadores de mercado les interesaba que el S&P 500 cerrase a la baja.
Por lo tanto, debemos considerar que la brusca corrección experimentada durante el jueves y el viernes de la semana pasada se podrían considerar como algo normal, esperable, porque los indicadores de momento estaban muy “sobrecomprados”.
Es decir, vamos a considerar el movimiento a la baja del jueves y el viernes de la semana pasada como la primera onda de una fase correctiva dentro de la tendencia alcista de medio y largo plazo.
Ahora bien, ¿hemos visto ya el final de la corrección? ¿O el S&P 500 seguirá cayendo?
Los indicadores de momento presentan importantes divergencias bajistas por lo que lo más probable es que aún no hayamos visto los mínimos de la actual fase correctiva.
Ahora bien, si tenemos en cuenta el fuerte retroceso experimentado en dos días y que la zona de los 3.325 representa un retroceso del 0,382 de la onda al alza desplegado desde el pasado 31 de enero de 2020, vamos a considerar como escenario más probable que a muy corto plazo se produzca un rebote que lleve, al menos, al S&P 500 a la zona 3.355.
Mientras el S&P500 se mantenga por debajo de 3.370 nuestra predisposición debería ser bajista.
La perforación del 3.328 nos avisaría del desarrollo de un nuevo tramo a la baja con un primer objetivo cercano a los 3.280-3.270.