Por lo tanto, el riesgo de decepción es alto. Este es motivo por el que Trump está presionando a Powell.

Los inversores piden al FED que siga protegiendo a las bolsas, por lo que el principal riesgo al que nos enfrentamos es que el FED decepciones a los participantes en el mercado.

A los participantes en el mercado no les basta con un simple recorte de 25 pb. Saben que las malas noticias “macro” de las últimas semanas justificarían recortes mayores. Están convencidos de que el FED va a recortar los tipos en julio. Y probablemente están en lo cierto porque el FED siempre ha recortado el tipo de interés de los fondos federales cuando el mercado de futuros lo estaba descontando justo un día antes de la celebración de la reunión del FOMC.

Las posiciones largas en futuros de  Eurodólar encuentran en los niveles no vistos desde 2012, hecho que revela la gran confianza que tienen los inversores en que el FED recorte los tipos de interés que controla significativamente.

El problema es si habrá alguna diferencia entre lo que el merado espera y lo que hará el FED. Este es el riesgo al que se enfrente ahora el mercado.

Los futuros sobre fondos federales están descontando un recorte de más de 70 puntos básicos en 2019, lo que revela que los inversores ya han descontado un tsunami recesivo. Y si el FED ahora recortase los tipos menos de lo esperado, las bolsas experimentarían significativos descensos.

En este sentido es preciso tener en cuenta que Powell se resistirá a hacer lo que le pide Trump para tratar de conservar la poca credibilidad que le queda.

Por ese motivo, en mi opinión, resulta muy probable que desde los niveles actuales las bolsas retrocedan y que la rentabilidad de las notas a 10 años suba.  Sería un movimiento más dentro de una fase correctiva dentro de una tendencia alcista de medio y largo plazo.

Durante estos dos días hemos visto como los valores de baja volatilidad parecen haber alcanzado un techo a corto plazo, probablemente porque han experimentado las primeras ventas ante el temor de que el FED decepcione al mercado.

Desde un punto de vista técnico, el riesgo al que nos enfrentamos es a un intento fallido de superación de los máximos de comienzos de mayo alcanzados con el S&P 500.

Si nos fijamos en el sentimiento de los inversores, se aprecia con claridad un giro radical. Hemos pasado del pesimismo extremo a un optimismo evidente.

Este tipo de comportamiento es propio de un movimiento lateral: pesimismo extremo en el soporte y optimismo extremo en las resistencias.

En la sesión del martes vimos como el S&P 500 se giró con cierta brusquedad a la baja al llegar al 2.900. Este movimiento nos informa de que muy probablemente se inició una fase correctiva de la fuerte subida de estos últimos días. Un movimiento similar vimos en el NASDAQ 100 y en la rentabilidad de los bonos a 5 y 10 años.

Por ello, vamos a considerar como escenario más probable que el S&P 500 retroceda hacia la zona de los 2.840. Y mientras se mantenga por encima de ese nivel, nuestra predisposición seguirá siendo alcista a corto plazo.

Un movimiento similar al del  S&P 500 lo vimos en el DAX. El DAX se giró a la baja al llegar al 12.225. Ahora vamos a considerar como escenario más probable que retroceda a la zona de los 12.050. Mientras se mantenga por encima, predisposición alcista.

En el IBEX, probable retroceso al 9.180 y lo mismo, mientras se mantenga por encima alcistas.