La vacunación y las dosis de refuerzo son claves, por tanto, para que la economía coja velocidad de crucero. Pfizer y BioNTech anunciaron a mitad de diciembre que los resultados demuestran que los anticuerpos inducidos por su vacuna contra la Covid-19 (Pfizer-BioNTech) son eficaces para neutralizar la variante ómicron del SARS-CoV-2 después de tres dosis y que tendrán una vacuna específica para ómicron en marzo. Asimismo, Pfizer desveló también que su antiviral tiene un 89% de efectividad y funciona contra la última variante del coronavirus. Paxlovid aún se encuentra en proceso de revisión para ser aprobado en la Unión Europea y Estados Unidos.

Al mismo tiempo que la ciencia va tras el Covid-19, los bancos centrales deben supervisar y estar muy pendientes de que los precios no se recalienten lo suficiente como para hacer tambalear la recuperación. En EEUU, de hecho, ya se ha anunciado la retirada progresiva de los estímulos monetarios, se esperan tres subidas de tipos durante el año y la primera posiblemente sea en mayo o junio. Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) suspenderá las compras de activos bajo el programa de compras ligadas a la pandemia (PEPP) a finales de marzo de 2022 y el Banco de Inglaterra acaba de subir tipos hasta el 0,25%.

La tasa interanual de inflación en Estados Unidos subió en noviembre hasta el 6,8%, seis décimas por encima de la de octubre, según la Oficina de Estadísticas Laborales. Se trata del mayor ritmo de crecimiento desde 1982. El dato de noviembre se situó incluso por encima de las predicciones de la mayoría de analistas, que esperaban una tasa superior al 6%, pero sin llegar a acariciar el 7%, como ha sido el caso. Si se excluyen los precios de alimentos y combustibles, los más volátiles, la inflación subyacente en octubre fue del 0,5%, con una tasa anual del 4,9%.

Sin embargo, el debate entre si la inflación va a ser transitoria o si por el contrario es estructural sigue dividiendo al mercado a pesar de que la propia Reserva Federal ha reconocido que empieza a temer que no sea coyuntural como mantenía al principio y el Banco Central Europeo (BCE) ha admitido que se mantendrá "más tiempo de lo esperado". El FMI considera que la inflación se mantendrá en niveles elevados hasta mediados de 2022. Las encuestas a consumidores y gestores de fondos dejan claro que la subida de precios ha llegado para quedarse, sin embargo la expectativa de inflación a diez años que cotiza en EEUU apunta que la inflación será del 2,14% anual, similar a la que se ha visto en los últimos años. Por eso mismo el oro no repunta pese a ser el activo refugio por antonomasia en los mercados.

“El oro, como todo mercado que descuenta expectativas futuras, no reacciona según la inflación actual, sino según la inflación que se estima que puede a cinco o diez años vista. Por eso, el precio del oro se correlaciona con los tipos de interés reales. En las últimas fechas los tipos reales a diez años que son negativos se han moderado y con ello el oro. El oro no ha dejado de comportarse como siempre lo ha hecho, sino como siempre. La mayoría de la gente no entiende que la inflación de corto plazo juega un papel casi irrelevante”, explica Hugo Ferrer, gestor de carteras en GPM Sociedad de Valores y profesor de la Universidad de Alicante.

Aún con el debate encima de la mesa, EEUU va a llevarla delantera en cuanto a normalización monetaria frente a otras regiones económicas más endeudadas como la Unión Europea y Japón, que necesitan tipos bajos para consolidar su crecimiento. Mantener tipos bajos con una inflación disparada y persistente también supone un riesgo para la confianza en la divisa y por eso el dólar se ha apreciado este 2021 frente a la mayoría de divisas del mundo: un 8,85% frente al euro, un 3,35% frente a la libra esterlina, un 10,3% frente al yen japonés o un 5% frente al franco suizo.

En la eurozona, el BCE espera que la inflación de la zona euro en 2021 sea del 2,6%, frente al pronóstico de septiembre del 2,2%, para acelerar en 2022 al 3,2%, frente al 1,7% anticipado anteriormente, y solo relajarse al 1,8% un año después, tres décimas por encima de lo esperado con anterioridad. Para 2024, el BCE espera que la inflación sea del 1,8%. “El aumento de la inflación general en 2021 ha reflejado los efectos al alza de factores en gran medida temporales, como el repunte de la tasa de variación de los precios de la energía en un contexto de fuertes efectos base y la finalización de la rebaja del IVA en Alemania. Los incrementos de los costes de las materias primas asociados a disrupciones de oferta y los efectos puntuales de la reapertura sobre los precios de los servicios, al relajarse en el verano las restricciones relacionadas con el Covid-19, han reforzado las presiones al alza sobre la inflación”, indica el propio banco central.

Un crecimiento dependiente de la pandemia

El Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó a la baja las estimaciones de crecimiento mundial para 2021 en octubre. El organismo apunta que la economía terminará 2021 con un crecimiento del 5,9% desde el 6% publicado en julio. Para 2022 el organismo anticipa un crecimiento del 4,9%, sin cambios respecto a la estimación de julio. Los cuellos de botella en las cadenas de suministro y la expansión de la variante Delta justifican esta revisión a la baja. Por países, las revisiones más significativas a la baja fueron en EEUU (-1% hasta el 6%), Alemania (-0,5% hasta 3,1%), Japón (-0,4% hasta 3,2%) y China (-0,1% hasta 8%).

Por el lado positivo, se revisa al alza el crecimiento de países y regiones exportadores de materias primas: Rusia (0,3% hasta +4,7%), Arabia Saudí (+0,4% hasta +2,8%) y Latinoamérica y Caribe (0,5% hasta +6,3%). A nivel global, la actividad todavía no superará el nivel pre-pandemia hasta 2023. Solo los países desarrollados habrán superado este nivel en 2022 (0,9% vs -2,3% a nivel global) gracias a un mejor ritmo de vacunación.

El FMI revisa el crecimiento para España hasta el 5,7% para 2021 y el 6,4% para 2022 (-0,5 puntos porcentuales y +0,6 puntos porcentuales respectivamente). Proyecta una tasa de paro del 15,4% en 2021 y del 14,8% en 2022. La revisión a la baja en 2021 refleja fundamentalmente el impacto en los países desarrollados de las interrupciones en la cadena de suministro y en países en desarrollo el empeoramiento de la pandemia. Las proyecciones del cuadro macro en el que se basan los Presupuestos Generales del Estado (PGE) apuntan a un crecimiento estimado del PIB del 6,5% para el año en curso y del 7% para 2022.

El BCE, por su parte, reconoce una pérdida de impulso en los últimos meses de 2021 que se extenderá al arranque de 2022, lo que retrasará al primer trimestre del próximo año el momento en el que la eurozona recupere el PIB previo a la pandemia. El BCE prevé ahora que el PIB de la región crezca un 5,1% este año, para desacelerarse al 4,2% en 2022, cuatro décimas menos de lo esperado el pasado mes de septiembre, aunque revisa al alza su pronóstico para 2023, hasta el 2,9% desde el 2,1%. De cara a 2024, el BCE espera una expansión del 1,6%.

Disenso entre las grandes gestoras

Algo más optimistas se muestran desde firmas tan reputadas como JP Morgan, BlackRock, Pimco o Allianz Global Investors. Después de casi dos años completos de pandemia, el mayor banco de EEUU predice que 2022 marcará el comienzo del regreso a la normalidad total y una curación completa de las heridas económicas causadas por el Covid-19. "Nuestra opinión es que 2022 será el año de una recuperación global total, el fin de la pandemia y el regreso a las condiciones normales que teníamos antes del brote de Covid-19", apunta Marko Kolanovic, director estratégico de mercados globales de JPMorgan. "Esto se justifica al lograr una amplia inmunidad de la población y con la ayuda del ingenio humano, como las nuevas terapias que se espera estén ampliamente disponibles en 2022".

Axel Christensen, director de Estrategia de Inversiones para América Latina en BlackRock, apunta que el escenario base de la mayor gestora de activos del mundo es una reacción más lenta de lo usual ante la inflación por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos y los bancos centrales de otros países desarrollados. Las autoridades monetarias “tardarán en responder y lo harán más pausado, lo que generará una liquidez razonable para la renta variable, pero con rendimientos todavía negativos para la renta fija”, asegura Christensen.

Christensen explica que el 2021 lo cerraron, en el caso de los países desarrollados, con una preferencia de inversión en Europa y China. Para 2022, seguirán con una presencia fuerte en la zona europea, aunque se le sumarán Estados Unidos y Japón. “Es una manera de decir que buscamos en esos países los sectores con mejor alineamiento con los objetivos climáticos (salud, tecnología) y los sectores que permitirán mitigar los efectos de la mayor inflación como materias primas e inmobiliario, que históricamente han tenido mejor comportamiento con la inflación al alza y eso lo combinaremos con tecnología que son empresas que también han demostrado capacidad de superar mejor los eventos inflacionarios”, señala Christensen. China supone una ventaja por precio según Blackrock.

El director de Economía y Estrategia Global de Allianz Global Investors, Stefan Hofrichter, cree que la inflación descenderá durante el año 2022, un ejercicio en el que la economía continuará creciendo a nivel global. Hofrichter no ve estanflación como se produjo en la década de los 1970, y que los temores de recesión son exagerados a pesar de la ralentización del crecimiento en los últimos meses.

La gestora estadounidense Pimco, la quinta más grande del mundo, espera que 2022 sea un ejercicio de crecimiento positivo a nivel mundial, mientras que la inflación se mantendrá elevada a corto plazo. Pimco prevé que la renta variable y el crédito tenderán a ofrecer una rentabilidad positiva durante el próximo año. Dentro de los mercados desarrollados, Pimco sigue sobreponderando la renta variable estadounidense y sectores de crecimiento cíclico. Por el contrario, sobre la renta variable europea considera que "tiene más dificultades" debido a "la combinación de una composición sectorial desfavorable, los vientos en contra de los precios de la energía y la creciente inquietud en torno a las perspectivas de la pandemia".

El mayor banco europeo, UBS, apuesta por los 'midcap' de EEUU y la bolsa europea para 2022. La firma suiza pone el foco además en la bolsa japonesa. La gestora Fidelity International cree que los mercados de renta variable ya han iniciado un ciclo bajista que continuará a lo largo del año que viene, y aunque prevé un "aterrizaje suave", recomienda configurar carteras más sólidas con un sesgo de calidad, un apalancamiento reducido y poca exposición a China.

Entre los principales riesgos para los mercados están un menor crecimiento de los beneficios, unas tasas de inflación y de interés más altas, las perturbaciones de las cadenas de suministro, los elevados niveles de deuda y la tormenta normativa en China.