El inversor vive con resquemor la inversión en IA en el escenario actual de mercados. ¿Cuál es su punto de vista sobre las oportunidades en este sector?
Desde DPAM estamos viendo muchas oportunidades en toda la temática de la Inteligencia Artificial. Es verdad que es una temática que tiene su nivel de volatilidad, pero pensamos que hay que aprovechar estos movimientos porque, al final, estamos ante un ciclo estructural, no coyuntural de largo plazo.
Habrá movimientos de consolidación y creemos que es precisamente en esos momentos cuando hay que aprovechar para posicionarse o reforzar posiciones. Desde DPAM insistimos en que la Inteligencia Artificial no es una moda pasajera, sino una megatendencia de largo recorrido.
Por ello, entendemos que los movimientos de mercado, aunque puedan generar cierta inquietud en el inversor, son oportunidades para construir posiciones de forma progresiva y disciplinada dentro de una temática que todavía está en una fase temprana de desarrollo.
¿Cómo se refleja actualmente el retorno de la inversión en IA en la economía real? ¿Se consideran razonables las valoraciones de las empresas líderes en IA?
Desde nuestro punto de vista, a nivel de valoraciones, de forma general estamos ante niveles que todavía son razonables. Muchas veces se hace la comparativa con la burbuja puntocom, pero la situación actual es muy diferente. En aquella época hablábamos de valoraciones de hasta 60 veces beneficios.
Actualmente, dependiendo de las compañías, estamos en una horquilla aproximada de entre 20 y 35 veces beneficios, y la gran diferencia es que las compañías del ecosistema de la Inteligencia Artificial hoy generan beneficios reales. Ese es un primer elemento clave.
Además, existen frenos naturales que hacen que no estemos ante una burbuja. Por un lado, el suministro de energía: existe un desequilibrio entre la energía que se necesita y la que se puede suministrar actualmente, lo que limita el ritmo de desarrollo de los centros de datos.
Por otro lado, la producción de semiconductores. Empresas como TSMC, líder en este ámbito, también presentan un desequilibrio entre la fuerte demanda y su capacidad productiva. De hecho, la propia compañía analiza cuidadosamente la sostenibilidad de esta demanda y mantiene voluntariamente niveles de producción por debajo de la demanda para controlar el crecimiento.
Estos cuellos de botella naturales hacen que el desarrollo de la Inteligencia Artificial sea más sostenible en el tiempo y refuerzan la idea de que no estamos ante valoraciones exageradas.
¿En qué tipo de compañías estáis invertidos con vuestros fondos de IA en cartera?
En DPAM, dentro de la temática de la Inteligencia Artificial, solemos dividir el universo por subtemáticas y categorías para identificar las mejores oportunidades. Una de las principales es la de semiconductores, donde encontramos compañías como NVIDIA, TSMC u Onto Innovation, entre muchas otras que permiten realizar una buena selección de valores.
Otra gran categoría es el Cloud Computing, con líderes como Amazon y Microsoft , y donde también destacamos el buen comportamiento reciente de Oracle.
También incluimos compañías vinculadas a la Inteligencia Artificial generativa, como Alphabet o ServiceNow . A estas se suman otras áreas clave para el desarrollo de la IA, como la ciberseguridad, fundamental para proteger los enormes volúmenes de datos que se generan, y el suministro de energía, imprescindible para el crecimiento de los centros de datos.
Nuestros fondos suelen tener alrededor de 35 posiciones. Combinamos grandes compañías imprescindibles —como TSMC, Nvidia, Amazon o Microsoft— con empresas más pequeñas, más especializadas y con un mayor grado de pureza en su exposición a la Inteligencia Artificial. Esta combinación es clave en la construcción de nuestras carteras.
¿Puede darnos un ejemplo de rentabilidad obtenida de una de sus estrategias en 2025?
En lo que llevamos de 2025, la estrategia de Inteligencia Artificial ha mostrado una rentabilidad por encima del 10 %, situándose aproximadamente entre el 13 % y el 15 %, lo cual es un comportamiento muy positivo en comparación con la evolución general de los mercados. Hay que recordar que esta temática no sigue una línea recta. Entre el último trimestre de 2021 y el último trimestre de 2022, el sector tecnológico y el ecosistema de la Inteligencia Artificial sufrieron caídas muy severas, del 40 %, 50 % e incluso 60 % en muy poco tiempo.
Sin embargo, no solo se recuperaron esas caídas, sino que 2023 fue un muy buen año, 2024 también lo fue y 2025 está siendo igualmente positivo. Este año, por ejemplo, hemos visto episodios de corrección y consolidación que posteriormente han sido superados, lo que refuerza la idea de que estos movimientos son oportunidades dentro de una tendencia de fondo alcista.
¿Cuál es la hoja de ruta de la estrategia de DPAM de cara a 2026?
La Inteligencia Artificial forma parte de las principales convicciones de inversión de DPAM. No obstante, creemos firmemente en la importancia de construir carteras bien diversificadas.
Por un lado, apostamos claramente por la Inteligencia Artificial dentro de la renta variable. Por otro lado, en renta variable también nos gusta el real estate cotizado en Europa. En renta fija, aunque el entorno macroeconómico es complejo, seguimos viendo oportunidades, especialmente en renta fija emergente en divisa local y en high yield de corto plazo.
Estas cuatro ideas —Inteligencia Artificial, real estate cotizado europeo, renta fija emergente en divisa local y high yield de corto plazo— constituyen las principales temáticas que desde DPAM vamos a potenciar de cara a 2026.