Tal y como ha publicado el diario Expansión la junta de accionistas de la compañía andaluza es una cita vital puesto que el plan de viabilidad que pretende poner en marcha no solo necesita el visto bueno de los acreedores sino que también es necesaria la respuesta afirmativa de sus inversores. De lo contrario no podría ser rescatada y la quiebra estaría más cerca.

Así pues Abengoa
habría fijado como fecha provisional el próximo 30 de junio para reunir a todos sus accionistas. En la junta se analizará el plan de refinanciación que tiene previsto la empresa, además de la hoja de ruta del grupo andaluz para enfrentarse a los nuevos desafíos que tiene por delante.
 
En un principio la junta de accionistas debe anunciarse oficialmente con una antelación de 30 días, aunque en este caso, siempre según las informaciones del mismo medio, podría recurrir al procedimiento de urgencia para reducir el anuncio con tan sólo 15 días de antelación. Lo que está claro es que en un principio parece que esa fecha les cuadra a los actuales dirigentes como el mejor momento para encarar una salida a un conflicto que aún sigue sin terminar de cerrarse.

Efectivamente, éste será un encuentro más que esencial para el devenir de Abengoa porque necesita la aprobación de los accionistas, además de los acreedores para seguir con los planes previstos para evitar su desaparición. Hasta ahora su máximo accionista continúa siendo la familia Benjumea que a través de Inversión Corporativa controla más del 50% de los derechos de voto.

Sin embargo, los accionistas podrían incluso aprobar antes el plan de refinanciación que los acreedores con el objetivo de ganar tiempo. Abengoa anunció la semana pasada que había “logrado el aval de más 75% de su masa acreedora para un standstill (contrato en espera), pendiente aún de ser aprobado por el juez, que, de momento, lo ha admitido a trámite”, tal y como señala Expansión.

Así, El juez dispondría de 15 días, que se contabilizarían a partir del pasado 28 de marzo, cuando fue la fecha de admisión, para aceptar o no aceptar la prórroga. Este standstill sería un periodo de gracia concedido de siete meses durante los que la compañía tendrá la capacidad de negociar con todos sus acreedores, mientras que intenta evitar que estos puedan reclamar el pago del conjunto de las deudas.

Abengoa  informó durante el pasado mes un plan de reescate de hasta 10.000 millones de euros que se realizaría a través de quitas y capitalización de deuda. Éste haría que el 95% del total del grupo recayese en manos de bonistas y entidades financieras.