El vino, el néctar de los dioses del Olimpo es la única bebida que en la historia que ha conseguido su propia deidad;
Dionisio, Baco.. Pues bien, el caldo de uva no es tan sólo una bebida amada por mucha y denostada por unos pocos, sino que puede convertirse también en una gran inversión.

Eso es lo que afirman algunos expertos que ha consultado recientemente la CNBC. En su opinión la industria vinícola es una de las que aún merece la pena ser tomada en cuenta si buscas una inversión alternativa, aunque no se sea alguien muy rico. No se trata de comprarse una bodega en la Toscana italiana, en La Rioja o en la región de Champagne francesa. Para Tom Gearing, director de la compañía Cult Wines, “ estamos en un buen momento y aún hay activos infravalorados”.

Unos comentarios que Gearing hizo después de que la prestigiosa casa de subastas, Sotheby’s vendiera caldos por valor de 900.000 dólares, incluyendo seis botellas de Chateau Petrus de la cosecha de 1982 valoradas en 30.000 dólares.

A pesar del precio, no se puede decir que se trate de la venta más cara realizada en este campo. El año pasado se vendieron 114 botellas de Romanee-Conti en Hong-Kong por algo más de 1,6 millones de dólares. Es más, según la CNBC, en 2010 un coleccionista privado gastó más de 304.300 dólares en una sola botella de Chateau Cheval Blanc.

Desde luego para un inversor estándar no estamos hablando de cantidades que sean fácilmente asequibles. Gearing asegura que no es necesario para hacer dinero. “Puedes elegir vinos de buena calidad que tienen buenas recomendaciones de críticos por precios que van desde los 75 dólares la botella”.

Eso sí, hay que elegir con cuidado porque, por ejemplo, los caldos de la región de Burdeos han caído alrededor de un 30% en los últimos tres años.  Para el experto, los vinos de la zona de Borgoña tienen en la actualidad mucho interés por parte de los inversores y lo han hecho muy bien en los mercados en los últimos años.