De igual modo, las elevadas tasas de interés actúan como un fuerte imán que atrae a inversores de todo el mundo. El dólar cada vez está más presente en México y eso revaloriza el “superpeso” y hace que forme parte del grupo selecto de monedas de economías emergentes como el yuan chino y la rupia india. No obstante, el dólar viene demostrando importantes signos de debilidad.

Según las cifras emitidas recientemente por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la actividad económica de México ha crecido un 2,9% en octubre en relación con el mismo mes del año anterior. Además, según los datos aportados por el Banco de Pagos Internacionales (BIS), el volumen de las transacciones con pesos mexicanos ha aumentado, en términos globales, en torno al 3% durante los últimos tres años. Esto lleva a que la divisa ocupe el puesto número 16 en la lista de monedas más negociadas del mundo.

El “superpeso” como la moneda más líquida de América Latina

Esta afirmación ha sido realizada por Gabriela Siller, directora de Análisis Económico del Banco Base, a BBC Mundo. La catalogación de ‘la moneda más líquida de América Latina’ le viene dada por su capacidad para comprarse y venderse fácilmente en los mercados cambiarios, otorgando plena confianza a los inversionistas.

México puede presumir de contar actualmente con una estabilidad macroeconómica referente en todo el mundo, así como con un Banco de México (Banxico) que goza de excelente reputación y de plena autonomía con respecto al gobierno.

El “superpeso” es la moneda que más se compra y se vende en Latinoamérica, ya que la moneda puede subir y bajar libremente, dentro de un régimen de libre flotación, sin intervenciones por parte de la autoridad monetaria. Además, se puede transar las 24 horas del día, algo que la diferencia de otras divisas como el real brasileño, con restricciones de horario.

El dólar, dado su elevado volumen de compra y venta en los mercados internacionales, ocupa el primer puesto de las monedas más líquidas del mundo. En aquellas zonas donde la inflación es más elevada, el papel vale menor y hace que se devalúe su moneda. Es lo que ocurre, en América Latina, con los bolívares venezolanos o los pesos argentinos.