Esto supondrá una pérdida de poder adquisitivo de los pensionistas de unos tres puntos, según la evolución de los precios que el Gobierno baraja para ese periodo.
En 2015 entrará en vigor la nueva fórmula de revalorización de las pensiones, por las que se limitará el alza de éstas en función de las cuentas públicas. Esta fórmula utiliza los ingresos y los gastos del sistema previstos en el año del cálculo, los habidos en los cinco años anteriores y los pronósticos para los cinco futuros. Esta fórmula tiene dos límites: una revalorización mínima garantizada del 0,25% anual para evitar que en las malas épocas, como la actual, las pensiones bajen y una subida máxima del IPC más el 0,5%.
Aunque ya en 2014 las pensiones han subido un 0,25%, ha sido por una decisión discrecional del Gobierno.