Un reciente artículo la abogada Leah Ward Sears reconocía que hasta ahora normalmente la parte más rica de una pareja solía ganar en los procesos de divorcio. Bien porque podía el dinero le permitía hacerse con la mayor parte del pastel, o bien porque el más pobre de los dos solía desistir de un proceso largo y costoso.
Ahora –dice la abogada- “todo eso podría cambiar, al menos para los más ricos con la llegada de lo que se conoce como fondo para el divorcio. Algunas compañías de inversión como BBL Churchill Divorce Financing, Balance Point o Novitas US, están ofreciendo ayuda financiera a las esposas de esos matrimonios que entran en un divorcio sin dinero para hacer frente a los costes”.
Estos fondos se suelen hacer cargo de los costes del proceso, incluso los gastos del día a día, hasta que se obtiene el divorcio.
Como no podía ser de otra manera, esto tiene un coste, y solo vale para lo que se ha denominado recientemente en la prensa anglosajona HNWI (High Net Worth Individuals); es decir, personas con mucho dinero.
Según este artículo “no tiene sentido para los clientes ser financiados por una cantidad inferior a los 20.000 dólares”. Es decir, que la cantidad que se va a obtener tras la separación matrimonial debe ser sustancialmente más elevada. No es una opción para la mayor parte de los mortales, claro está.
Explica la experta que “eso es lo que hace que los financiadores solo inviertan en divorcios de parejas que han durado los suficiente como para obtener mucho dinero”. Además, en Estados Unidos el divorcio no debe estar justificado por razones como adulterio o fraude, que pueden reducir la cantidad a recibir.
Los financiadores, además, suelen trabajar con un tipo de interés sobre la cantidad prestada que suele ser elevado, alrededor de un 20%.