
El financiero ha sido uno de los sectores con mejor comportamiento durante el ejercicio. Aunque ya hay sobre la mesa alguna bajada, los tipos oficiales se mantienen en niveles elevados, lo que ha ayudado a mantener los márgenes de intereses muy abultados y, por ende, con resultados que han batido las expectativas. Se espera, en este sentido, que los bancos centrales sigan bajando de forma gradual sus tipos de interés lo que seguirá redundando en una mejora de sus balances. En un contexto, además, en que la morosidad no ha repuntado tanto como se temía con unas economías que, por el momento, mantienen su fortaleza. Si la economía evita la recesión y Europa logra reactivar la inversión y consumo, los volúmenes de préstamos podrían repuntar.
Además, están las generosas políticas de dividendos de los bancos así como las recompras de acciones, que apoyan el buen comportamiento en bolsa del sector que, en un momento donde la renta fija ofrece retornos más bajos, dividendos del orden del 6%-9%, pueden ser muy atractivos.
Y por último, las operaciones corporativas. La más cercana, la de BBVA , que estos días finaliza el plazo para que los accionistas acepten o no la OPA sobre Sabadell, pero en Italia, Banca Monte dei Paschi di Siena completó la adquisición de Mediobanca, obteniendo una participación del 62,3 % en Mediobanca mientras en la zona de Benelux, KBC se podría encontrar en las primeras fases de negociación sobre una posible oferta por ABN Amro, algo que, a juicio de La Francaise, parece poco probable.
Lo que sí es evidente es que las fusiones y adquisiciones que se están dando en Europa generará eficiencias y sinergias en un momento en que sigue asumiendo una mayor disciplina en costes, reduciendo oficinas, y digitalización, con un negocio online que va en aumento y que les permite optimizar su estructura.
A pesar del buen momento, el sector no está exento de riesgos. Una bajada más rápida de lo previsto en los tipos de interés podría presionar los márgenes financieros. Además, la desaceleración del crédito corporativo y la menor demanda hipotecaria podrían frenar el crecimiento del negocio. Otro punto a vigilar es la morosidad, que aunque contenida, podría repuntar en determinados segmentos si las economías europeas pierden tracción o el desempleo sube. Y, finalmente, la competencia de los bancos digitales y las fintech continúa forzando a las entidades tradicionales a acelerar su transformación tecnológica.
La visión de cara al medio plazo es optimista sobre el sector pero especialmente sobre tres compañías que han brillado con luz propia este ejercicio dentro del Eurostoxx 50. ING Group es uno de los valores que mejor ha aprovechado el contexto de tipos altos, con un crecimiento sólido del beneficio neto y un retorno sobre el capital tangible (ROTE) superior al 15%. Le acompañan otros grandes nombres como BNP Paribas o Santander, que han reforzado su posición de capital, mantenido una ratio CET1 holgada y mejorado su eficiencia operativa.
Su modelo, basado en banca minorista eficiente y banca corporativa selectiva, le ha permitido mantener una posición sólida incluso en los periodos más complejos del ciclo financiero. Tanto en 2024 como en 2025 tuvo una notable fortaleza en su márgen de interés y rentabilidad sobre el capital, con un beneficio neto que superó los 7000 millones de euros a cierre de 2024 y ROE por encima del 14%. El entorno de tipos altos ha sido especialmente favorable para ING, dado su modelo de banca retail online: el banco capta depósitos a bajo coste y los canaliza hacia crédito al consumo y préstamos hipotecarios en mercados como Alemania, Países Bajos, Bélgica, España e Italia.
Además, la compañía ofrece una rentabilidad por dividendo cercana al 7%, una de las más altas entre los grandes bancos, con un programa de recompra de acciones que ronda los 2.500 millones de euros anuales, reflejo de su fuerte generación de capital, y una valoraciones todavía contenidas: con un PER de en torno a 7 veces. El valor se anota más de un 38,9% en el año y todavía ofrece un potencial de más del 6%, hasta los 22,33 euros en que dibuja el consenso su precio objetivo.
Los indicadores técnicos del valor muestran una compañía muy fuerte a medio y largo plazo donde la operativa que debe primar es la compra en soportes ante la previsible ruptura de resistencias.

BBVA se ha convertido en uno de los protagonistas indiscutibles del sector financiero europeo en 2025, no solo por sus resultados sólidos, sino por su papel central en el proceso de consolidación bancaria que vive el mercado. La entidad presidida por Carlos Torres Vila ha lanzado una de las operaciones corporativas más relevantes de los últimos años en España: la OPA sobre Banco Sabadell, que podría redefinir el mapa financiero nacional y reforzar la posición de BBVA como uno de los grandes grupos paneuropeos. Te interesa: OPA BBVA-Sabadell: los minoristas rechazan masivamente la oferta y complican su éxito.
De materializarse, crearía un banco con más de 1 billón de euros en activos, líder en pymes y con una cuota de mercado cercana al 25% en crédito en España. El objetivo de BBVA es ganar escala, reducir solapamientos y generar sinergias de costes, aprovechando la complementariedad de ambas redes. El mercado, aunque prudente, valora positivamente el potencial de creación de valor a medio plazo, estimado en más de 1.500 millones de euros anuales en sinergias.
El grupo mantiene una retribución atractiva y sostenible, con una rentabilidad por dividendo del 6%. El consenso, y a pesar de la subida del valor, dibuja un precio objetivo de 16,71 euros, lo que arroja un potencial adicional del 6,16% para el valor. Una compañía que también tiene el cartel de "muy fuerte" con un escenario probable de ruptura de resistencias.

En un entorno en el que la banca europea ha captado gran parte de la atención por sus márgenes récord y políticas de retribución al accionista, el segmento asegurador ha mantenido un desempeño igualmente brillante, y dentro de él Allianz se consolida como su referente indiscutible.
Con sede en Múnich, la compañía no solo es el mayor grupo asegurador europeo, sino también uno de los principales inversores institucionales del mundo, gestionando activos por valor de más de 2,1 billones de euros a través de sus filiales PIMCO y Allianz Global Investors. Además, su diversificación geográfica y la fortaleza de su negocio de gestión de activos la sitúan como una de las referencias de estabilidad dentro del Eurostoxx 50.
Las principales casas de análisis mantienen una visión constructiva sobre el valor, destacando su combinación de estabilidad, rentabilidad y fortaleza de balance. Desde Deutsche Bank apuntan que “Allianz ofrece una de las historias de crecimiento más predecibles del sector financiero europeo, con una rentabilidad superior a la media y un perfil defensivo que la hace atractiva incluso en fases de desaceleración económica. La compañía además cuenta con una rentabilidad por dividendo por encima del 4,1%.
Allianz se anota más de un 24,2% desde principios del ejercicio. El consejo dibuja un potencial ajustado para la compañía a los precios actuales, sabiendo que tiene un precio objetivo de 369,75 euros que arrojan un potencial del 0,50%. El valor, desde un punto de vista de indicadores, es otro de los que se cuela en la parte alta por tendencia de medio y largo plazo.


