La Unión Europea está lista para afrontar los próximos desafíos que se le vienen encima como consecuencia del resultado del referéndum celebrado en el Reino Unido. Y es que la apuesta por la no permanencia en la Unión no solo ha traído cola en los mercados, sino que las instituciones están empezando a coger al toro por los cuernos para evitar situaciones desastrosas.

Así lo manifestó Jean-Claude Juncker durante la conclusión de la cumbre europea en la que el primer ministro de Gran Bretaña, David Camerón, presentó al resto de socios el resultado de la consulta que tuvo lugar el pasado 23 de junio y que se saldó con una victoria del Brexit. Por ello, el presidente de la comisión señaló que “la Comisión Europea hará todo lo que sea necesario para evitar estampidas bancarias”.


Tal y como apuntan fuentes europeas, la cumbre se centró en los diferentes escenarios negativos para los actores pertenecientes a la UE y el impacto económico para sus economías. Donald Tusk, presidente del consejo europeo, alertó de que en el peor de los escenarios posibles, las repercusiones pueden ser muy dramáticas para la UE y, más aún, para la Eurozona.

Por su parte, Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, avisó, según estas mismas fuentes que recogen varios diarios económicos de ámbito internacional, que el impacto del Brexit puede traducirse entre un 0,2% y un 0,5% del PIB de la Unión Europea en los próximos tres años. Esto supondría un impacto anual de entre el 0,1% y el 0,17% para el crecimiento de la UE.

La Comisión europea respalda estas estimaciones, aunque tiene sus reservas. El sentimiento generalizado es mucho más pesimista sobre el impacto que puede tener la salida del Reino Unido en el sector bancarios, puesto que ha sido el que peor comportamiento ha tenido en los mercados una vez se conoció el veredicto de las urnas.

Según estas mismas informaciones, en petit comité Juncker expresó la necesidad de la que Unión Europea esté lista para afrontar retiradas masivas de dinero en efectivo. Esta vigilancia correrá a cuenta del BCE, aunque Draghi aún no se ha manifestado sobre este temor que tienen algunos miembros de la institución.

Juncker fue mucho más allá, puesto que no habría avisado únicamente a los máximos responsables del club, sino que también en la rueda de prensa que tuvo lugar tras la cumbre mostró sus preocupaciones apuntando, concretamente, hacia Italia. "No tenemos una inquietud inmediata sobre Italia, pero hoy me he reunido con el primer ministro, Matteo Renzi y, dada la situación mundial, debemos estar listos para proteger a los bancos", indicó.