La Bolsa de Shanghai (SSE) es el mercado de valores más grande de China y en él tienen cabida todas las acciones de clase A y clase B que cotizan en esta bolsa. Se fundó en 1891 y, desde entonces, ha sido testigo del rápido crecimiento económico de China. 

Invertir en la Bolsa de Shanghai

La capitalización de mercado de la SSE gira en torno a 7,62 billones de dólares y está integrada  por un total de 1983 empresas cotizadas y 2025 valores, la mayoría son empresas estatales. Sus inversores destacan fondos de pensiones y bancos locales, ya que aún no está totalmente abierta a inversores extranjeros debido al estricto control de capital.

Se negocian tanto acciones, como bonos, fondos ETFs y derivados. En acciones hay acciones A y B. En cuando a deuda o bonos, incluye los bonos del Tesoro, bonos corporativos y convertibles.

Una de las características distintivas de los mercados de valores de China es que algunas de las empresas también optan por cotizar em la bolsa de Hong Kong y en EEUU, a través del American Depositary Receipty (ADR), certificados emitidos por un banco estadounidense que representa un número específico de acciones de una empresa extranjera.

Así, se pueden emitir diferentes clases de acciones, según la ubicación en la que cotizan y el tipo de inversor que puede poseerlas.

Las más comunes de estas acciones son las A y las B. En el caso de las primeras, representan valores de empresas chinas que cotizan en las bolsas de valores de Shanghái o Shenzhen. Están emitidas en renminbi y solo pueden ser negociados por residentes chinos o inversores extranjeros elegibles para los programas de Inversor Institucional Extranjero Cualificado (QFII), Inversor Institucional Extranjero Cualificado en Renminbi (RQFII) y/o Stock Connect. Mientras que las B cotizan en dólares estadounidenses en la bolsa de valores de Shanghái y en dólares de Hong Kong en la bolsa de Shenzhen, y por residentes y no residentes chinos.

También está la clase menos conocida que es la H, que son acciones de empresas de China continental que cotizan en la bolsa de Hong Kong, y que, aunque están reguladas por la ley china, se negocian de la misma manera que las demás acciones. Están denominadas en dólares hongkoneses. En muchos aspectos, recuerdan a los ADR, que son las acciones de empresas no estadounidenses que cotizan en la bolsa a de valores de Nueva York.  

¿Cómo cotizar en China?

Los requisitos para cotizar en la Bolsa Valores de China incluyen la publicación de tres años consecutivos de rentabilidad y, durante el mismo período, la ausencia de cambios adversos importantes en su negocio principal, directores y gerentes senior. Además, las empresas deben cumplir con los estándares mínimos de activos netos, flujo de efectivo, ingresos y utilidad neta.

Los requisitos de cotización de STAR Market se adaptan a las empresas más pequeñas y menos establecidas, con un énfasis adicional en la innovación. Además de cumplir con los puntos de referencia de valor de mercado, beneficio neto y flujo de caja, las empresas deben invertir una cierta parte mínima de los ingresos en investigación y desarrollo.

¿Por qué invertir en acciones chinas?

A pesar de que las últimas noticias procedentes de China han causado un nerviosismo lógico en los mercados, no parece que vaya a cambiar el planteamiento de inversión a largo plazo. La volatilidad va de la mano del elevado potencial de rentabilidad a largo plazo de China. Invertir en China comporta riesgos diferentes y una incertidumbre mayor en comparación con los mercados occidentales desarrollados.

Además, hay muchas maneras de que los inversores compren acciones de compañías chinas. Esto ha adquirido todavía más importancia durante los recientes anuncios regulatorios, que afectaron principalmente a algunas cotizaciones, en particular a los ADR cotizados en EE. UU. y a determinadas empresas cotizadas en Hong Kong. Dado que las acciones clase A chinas representan casi el 70% del volumen de capitalización de mercado total del país, los mercados de China son mucho más amplios y profundos de lo que muchos inversores creen.

Los mercados de renta variable china son apreciados por su potencial de rentabilidad superior a largo plazo, pero también resultan útiles como herramienta de diversificación en las carteras. Las acciones clase A chinas han mantenido una correlación de 0,32 con las acciones globales en los 10 últimos años, lo que significa que evolucionan en direcciones diferentes casi el 70% del tiempo. 

A todo ello hay que añadir que China ha avanzado mucho en poco tiempo. La que hace un tiempo se conocía como “la fábrica del mundo”, ha cambiado las manufacturas de bajo coste por el sector de la alta tecnología que es fundamental para su crecimiento. Una clase media en rápida expansión, que está impulsando el consumo local, la innovación en alta tecnología y el compromiso de una economía baja en emisiones de carbono, son partes fundamentales del éxito de crecimiento de China.