Apostar por la profesionalización, conseguir visibilidad y reputación al ser una compañía cotizada y conseguir nuevas fuentes de financiación, sin perder su esencia, siempre será una ventaja. Una opción, en muchas ocasiones reservadas para las grandes firmas, que gracias al BME Growth se abre a las empresas de pequeña y mediana capitalización. En el caso de las empresas familiares, la modificación de la estructura financiera y de propiedad ocasiona un desafío de mayor envergadura, pero también es una estrategia de supervivencia del legado familiar.

De estos asuntos ha tratado la mesa redonda organizada por Estrategias de Inversión: “BME Growth, salto al crecimiento de la empresa familiar”. Hemos analizado las ventajas y retos que tienen las empresas familiares y cómo hacer más atractivo salir a bolsa con Marianela Acebes, CEO de Alquiber; Yago Arbeloa, presidente de MioGroup; Alexander Artetxe, CEO y presidente de Arteche; Jesús González, director gerente del BME Growth y Alfonso Pastor, director de Capital Markets de Bankinter.

En un contexto complicado de repunte de inflación, crisis energética, crisis de Ucrania y subida de tipos, Pastor reconoce que “está siendo un mercado muy volátil, pero hay ciertos sectores que se ven reforzados como el sector energético, tecnológico o salud”.  Una de las compañías que ha sacado partido de la situación actual es la consultora de marketing y transformación digital Miogroup. “A nuestro sector esta incertidumbre nos ha venido bien porque todos los procesos de transformación digital se han acelerado. No es el entorno que desearíamos, pero en el vertical donde nos movemos nosotros tenemos muchas oportunidades”, asegura su presidente.

En el caso de la automovilística Alquiber, su CEO confiesa que “la crisis de los materiales y componentes nos ha afectado mucho al retrasarse el servicio de los vehículos. Pero una vez que están aquí, el negocio está creciendo de forma exponencial y capeando bien el temporal”. En esta misma línea, el presidente de la firma vasca dedicada a bienes de equipo para el sector eléctrico, Arteche, señala que “la logística, el suministro y las materias primas nos afectan, pero es una crisis más de las tantas que hemos pasado en 75 años”. 

Por otro lado, la ventaja e inconveniente que tiene cotizar en el BME Growth es que “algunas operaciones se quedan por debajo del radar”, apunta su director gerente del BME GROWTH, Jesús González Nieto “ pero al inversor le importa más el modelo de la empresa en el medio-largo plazo que el contexto actual”.

Las tres compañías cotizadas en el BME Growth hacen un balance positivo de su salida a bolsa. A pesar del esfuerzo que ha supuesto este paso, Arteche reconoce que habían valorado otras opciones de financiación, pero “lo que permitía la continuidad de la empresa con el liderazgo familiar es la salida a bolsa”. A esta característica, Arbeloa añade la importancia que tiene “acceder a un mercado de capitales ampliado, conseguir notoriedad, transparencia y también ser más atractivos para atraer y retener talento”. También desde Alquiber resalta su CEO que “el BME Growth te permite sentarte, ver qué es lo que quieres y hacia dónde quieres ir y, sobre todo, te acompaña”.

Son muchas las bondades que ofrece a las compañías cotizar en bolsa, pero a las empresas les cuesta plantearse esa posibilidad, en muchas ocasiones, por desconocimiento.  Ante esta situación, el director gerente del BME Growth considera esencial hacer más atractivo a las pequeñas compañías salir al mercado bursátil: “Hacer mucho trabajo de entrenamiento, de divulgación. Utilizar mecanismos que permitan retener un poco más el control de la compañía como las acciones preferentes con voto múltiple del fundador y más ayudas a los inversores que apuesten por acompañar, no especular, a estas empresas con incentivos fiscales”.

Como consejo, el director de Capital Markets de Bankinter incide en que “muchas de las compañías se centran en maximizar el precio de la salida a bolsa, pero lo relevante es que el valor no está en la salida en bolsa sino en el día siguiente.  Tienen que olvidarse del precio de la cotización porque si tu negocio y la comunicación lo haces bien, el precio va a crecer”.

Precisamente esa comunicación o relación con los inversores es uno de los retos que han marcado las tres firmas cotizadas “porque es una herramienta que no puedes dejar de lado”, insiste Yago Arbeloa. En el caso de la compañía vasca, su presidente afirma que “el reto es darte cuenta de que estas en otro escenario, que los inversores ya no son los de toda la vida, que tienes que saber contar tu historia de forma continua, que tienes que seguir respondiendo a esa confianza que te han dado los inversores”. Por eso, Marianela Acebes considera que el salto a bolsa es “un continuo aprendizaje que ha supuesto más beneficios que pérdidas”. Y es que como ha resaltado Jesús González, “dar el salto al BME Growth significa jugar en otra liga donde te permite ofrecer tus productos”.