
Vamos a empezar por entenderlo, y luego ya entramos en faena. Imagina que estás en un ascensor que solo tiene dos botones. Uno te sube un piso y el otro duplica la altura. Cuando pasas del piso 1 al 2, te da igual qué botón pulsar. Ahora bien, como estés en el piso 10, uno te lleva al 11 y el otro hasta casi el cielo.

Fuente: Carlos Arenas Laorga
En la escala lineal, cada incremento del eje Y (el vertical) representa el mismo cambio absoluto. Es decir, da igual si subes de 10 a 20 que si pasas de 90 a 100. Lo ves igual. Esto te va a servir si quieres ver el valor nominal de una inversión, el precio del petróleo a lo largo del tiempo, el gasto en pensiones y cosas así.
Y en inversiones, quizá… pero solo quizá. A lo mejor prefieres ver cuánto ha subido algo en porcentaje. Me explico. No es lo mismo ganar 10 euros partiendo de 10 euros (duplicas), que partiendo de 10 mil. Una rentabilidad es impresionante, la otra muy baja. Y aquí es donde puede ser muy útil la escala logarítmica.
Vamos a explicarlo. La escala logarítmica traduce cambios relativos en los mismos cambios visuales. Es decir, una subida del 100% siempre se va a ver igual, sea de 100€ a 200€ o de 1.000 a 2.000.
Y de modo más sencillo: imagina que suscribes un fondo que cada año duplica tu dinero por la elevada rentabilidad. Estamos hablando de que una participación de 10 € del año 1, supone 20 € el año 2, hasta 80 € el año 4.
Pues bien, en una escala lineal verías la típica gráfica de finanzas que se dispara hacia arriba de forma cada vez más pronunciada, como si las rentabilidades del comienzo fueran inferiores a las del final. Pero no… En la escala logarítmica, se vería como una línea recta ascendente. El crecimiento de la rentabilidad es constante creciente, y el gráfico refleja mejor eso…
No es que sean falsas, son distintas. Enseñan cosas distintas. La escala lineal te enseña cuánto, la logarítmica te muestra cómo.
Ahora mira de nuevo el gráfico que he preparado para escribir este artículo. Aunque ambas líneas reflejan la misma inversión, son radicalmente distintas. La escala logarítmica hace que la fiesta de los últimos años de la lineal sea más tranquila. Lo muestra con mayor fidelidad. Pero es más intuitiva la lineal porque te muestra lo que acumula. Ojo, la logarítmica también, pero de forma distinta.
Este detalle no es menor: si miras una gráfica a largo plazo con escala lineal, puedes caer en la trampa de pensar que ahora sube mucho más cuando, en realidad, lo que sube más es el valor absoluto porque el punto de partida también es mayor.
¿Cuándo usar una u otra? La logarítmica es mejor utilizarla cuando el rango de precios es muy amplio (de 1 a 10.000, por ejemplo); para analizar gráficos de índice a largo plazo (siempre que estés familiarizado con esta escala); y para comparar movimientos porcentuales de forma más justa.
En cambio, la lineal suele ser más útil para ver valores que se mueven en rangos más estrechos o donde los cambios absolutos son más importantes que los porcentuales; en datos económicos estilo inflación, población, etc.; y cuando no estés familiarizado con la escala logarítmica, lo cual puede ser habitual. Y no digo que en este caso sea mejor la lineal, pero va a ser la más intuitiva para ti si no estás acostumbrado.

