¿Por qué son tan favorables las condiciones?

En agosto asistimos a un repunte en casi todos los activos "libres de riesgo", lo que ha provocado que alrededor de un tercio del mercado mundial de bonos, unos 17 billones de dólares, esté ahora en territorio de rentabilidad negativa. Esta evolución de la deuda se ha producido desde el pasado mes de noviembre, cuando las rentabilidades del Tesoro a 10 años se situaban en 3,25% (ahora 1,5%) y las de los Bonos del tesoro alemanes, los bunds, a 10 años en un 0,57% (ahora -0,64%), una tendencia que se aceleró en agosto.

Aunque es poco común, durante este poderoso rally en los bonos soberanos, los diferenciales de crédito se han mantenido increíblemente bien, haciendo que el coste total para los emisores sea más atractivo de lo que lo había sido en mucho tiempo. Por lo general, un fuerte repunte bonos soberanos hubiera conllevado una suavización de los mercados de riesgo, con una ampliación de los diferenciales de crédito a medida que disminuye el apetito de riesgo por los bonos corporativos. Es evidente que éste no es el escenario actual; en los mercados de alto rendimiento, donde el impacto suele ser más acusado, tenemos un entorno técnico potente generado por los emisores que recompran anticipadamente los bonos en el mercado, que son adquiridos por empresas con grado de inversión o que, en algunos casos, han visto cómo su rating ha sido mejorado desde alto rendimiento hasta grado de inversión.

Este último escenario es un subsector interesante, debido a todo lo que se habla de los emisores con un rating triple B, que podrían ser rebajados a territorio BB e inundar los mercados de alto rendimiento con nuevos emisores. La realidad, según Moody's, es que ha habido 21 rising stars (compañías mejoradas hasta Grado de Inversión) frente a seis ángeles caídos (degradadas por debajo del grado de inversión) en Europa, mientras que en EE.UU. las estadísticas muestran 20 ascensos frente a 12 descensos, y en el Reino Unido son cuatro ascensos frente a ninguna rebaja.

Teniendo en cuenta el alto número de indicadores que apuntan a una ralentización constante de la economía mundial, algunas regiones están coqueteando estrechamente con la recesión. También nos encontramos con los persistentes riesgos macroeconómicos en forma de guerras comerciales y un potencial Brexit duro, ahora bien, ésta podría ser la última oportunidad para que los inversores se aprovechen de estas buenas condiciones.

Sin querer perjudicar a los banqueros de inversión, ahora se presenta probablemente la mejor que han tenido durante algún tiempo para vender las emisiones del mercado de capitales a los posibles emisores de bonos. Podríamos resumir este consejo de la siguiente manera:

Se espera que la oferta sea importante este mes y, como consecuencia, diríamos que el riesgo de diferenciales más amplios habrá aumentado.