¿Quién es Revenga Smart Solutions? ¿Cuál es el core de su negocio?

Revengas Smart Solutions desarrolla soluciones tecnológicas de hardware, equipamiento y software para la movilidad inteligente. Todos tomamos decisiones de movilidad todos los días, queremos ir de forma segura, a bajo coste, de forma cómoda… y eso es lo que proporcionamos nosotros.

Para que os hagáis una idea, muchos de los espectadores habrán sido usuarios de nuestra tecnología. Si han cogido el AVE, a 300 kilómetros por hora en algunos de los tramos, si han conducido por los túneles entre Málaga y Estepona, que hay 10 kilómetros de túneles con nuestra plataforma OpenITS, han ido más seguros, o si han cogido el metro en Madrid, en Barcelona, en Bilbao o en Valencia, han utilizado los sistemas de intercomunicación o megafonía… han utilizado nuestra plataforma T-Public, por lo que al final tecnología para la movilidad inteligente o Smart Mobility.

¿Cuál es el objetivo de su salida a bolsa? ¿Por qué en este momento?

Somos una empresa que lleva 50 años en el mercado. Empezamos con una empresa de telecomunicaciones para el sector de transporte, también con una solución innovadora que permitía, en los años 70, tener una multiconferencia de 40 estaciones con un medio de transmisión muy limitado y hoy somos una empresa de tecnología para la movilidad inteligente.

El salir ahora es, primero, porque el mercado de Smart Mobility tiene una tasa anual de crecimiento compuesto del 16,6 hasta 2030, es decir, está creciendo. Todas estas tecnologías de las que hablamos, inteligencia artificial, Big Data, IoT, que es lo que hacemos, están también y permiten desarrollar. Por tanto, para nosotros es un paso importante para seguir creciendo, para crecer de forma orgánica y también de forma inorgánica y por eso el BME Growth es importante y también es una forma de retener talento, tenemos un plan para el equipo directivo que consigue alinear los objetivos.

Por lo que, por todo eso, poder participar en proyectos más grandes, abrirse a mercados como Estados Unidos, donde está el Plan Biden de infraestructuras o Australia, que tiene un plan de infraestructuras ferroviarias enormes y salir al BME Growth es un paso para poder conseguirlo. 

¿Bajo qué términos sale Revenga a bolsa?

En la salida va a haber un 22,16% en Free Flow, el grupo Revenga mantiene un 77,31%. Salimos a cotizar a un precio de 3,44 euros por acción. Si bien es cierto, el valor nominal es 0,26, pero salimos a 3,44 euros, que nos da una capitalización de 38 millones de euros. Además, vamos a cotizar en la modalidad de fixing.

¿Qué espera Revenga de su experiencia en los mercados de capital? ¿Cómo cree que va a influir en su negocio el pasar a ser una compañía cotizada?

Por un lado, hemos hecho un plan a 2026 basado en crecimiento orgánico y en la cartera que tenemos, una cartera de 100 millones de euros, un pipeline de ofertas de 265 millones de euros, por lo que, consolidado, es un sector tecnológico e industrial, pero lo que queremos es crecer también por la vía inorgánica.

En nuestro ADN hay dos cualidades que coinciden con las cualidades que han hecho que el ser humano como tal esté aquí hoy, la adaptación al cambio y la sociabilidad. La adaptación al cambio porque el Smart Mobility y todos los proyectos son proyectos a medida, cada operador quiere tener su solución, hay que desplegarlo geográficamente, la infraestructura y eso hace que tengas que ser alguien que se adapta y eso es uno de nuestros puntos fuertes.

Nosotros desarrollamos el ecosistema, integramos soluciones de otros, invertimos y desarrollamos con tecnología propia, más de 20 millones de euros invertidos en tecnología propia, en aquellas soluciones que se adaptan a medida, sistemas de peaje, información al viajero, de señalización… Y para esos sistemas como 5G, las grandes redes de comunicaciones, buscamos alianzas, ya que no tiene sentido ponernos a competir con empresas que tienen 50.000 o 60.000 personas en I+D, por eso ahí nos aliamos. Y esa combinación de alianzas y desarrollo propio nos permite ser flexibles, esa sociabilidad se refleja en esas alianzas, poder ser competitivos, a precios competitivos en estos proyectos. 

¿Cómo esperan que acojan los inversores a Revenga? ¿Qué es lo que puede aportar en sus carteras? ¿Por qué es una buena opción a tener en cuenta?

Es la primera oportunidad de invertir en tecnología smart mobility en el BME Growth y eso es importante. También hay un factor aquí muy importante, es que nosotros lo que queremos buscar es crear valor para el accionista y retorno, pero al mismo tiempo, lo que estamos haciendo es generar progreso para la sociedad. ¿Cómo hacemos eso? Por un lado, porque esta tecnología, con las cosas que vienen del vehículo autónomo conectado, lo que permitirá será aplicar tecnología para salvar vidas. En el mundo todos los años mueren 1,4 millones de personas en accidentes de tráfico y 30 millones quedan con secuelas, todos los años. Con eso convivimos, el sesgo optimista del ser humano que hace que piense “como voy conduciendo yo, no me va a ocurrir”, pero la realidad es que nosotros venimos del sector ferroviario, donde estos desarrollos de hardware y software se hacen con una cosa que se llama seguridad funcional. Desde que uno empieza a hacer el diseño y el desarrollo tiene que tener en cuenta que tiene que ir a modo seguro si hay un fallo, que tiene que ser redundante, pues un desarrollo de seguridad funcional en un sistema como el railroads, que es un sistema de un paso a nivel de última generación desarrollado por nosotros, no puedes meter un PC industrial, tienes que hacer tu propio pc, tu propia cpu.

Todo eso es lo que va a aparecer en el vehículo autónomo conectado que ya está llegando porque ahora vamos conduciendo con nuestro seguro y somos responsables, pero va a haber unos carriles o unos túneles donde si tu vehículo está preparado para conectarse, vas a pasar por ahí, vas a soltar el volante, vas a ir en platooning a una velocidad continua y ese soltar el volante supone que hay una cesión de responsabilidad. Esta responsabilidad pasa al que gestione la infraestructura, sea la DGT o un gestor de infraestructura y ahí tiene que haber seguridad funcional. 

Nosotros tenemos ese conocimiento, ese desarrollo a medida. Nosotros tenemos conocimiento y personal con un equipo muy cualificado durante estos años, en la crisis no hemos hecho ERES, no hemos hecho ERTES, hemos cuidado a ese equipo y retenido ese talento y ese conocimiento y precisamente eso nos permite poder desarrollar esas soluciones con seguridad funcional. 

Por tanto, ese valor para el accionista lleva asociado ese retorno para la sociedad, alineados con los ODS, los objetivos de desarrollo sostenible en las Naciones Unidas.

Ya hay plataformas nuestras que están ayudando a salvar vidas, por ejemplo el Smart Tube, que es una solución que tenemos desplegada en túneles en Aragón, en Peñalba y en Caldearenas, que permite, mediante incisión infrarroja, poder detectar incidentes, si de repente hay un accidente y se llena todo de humo, poder dirigir y auto evacuar al gente que está ahí, tomar decisiones en esos segundos que son fundamentales y cruciales o lo que comentaban desde el Open ETS en las autopistas de Ausol en Andalucía, sistemas que nos permiten ir más seguros. 

Desde este verano en San Francisco hay dos operadores de taxi sin conductor o robotaxis, uno es Waymo de Alphabet y el otro es Cruise de General Motors. Ahí vemos un fabricante de automóviles, porque el automóvil conectado ya está desarrollado, lo importante ahora es conectarlo con la infraestructura, interactuar con muchos otros vehículos que no son autónomos y, por otro lado, tenemos un jugador nuevo como Google, que tiene toda la plataforma y el mapping y eso, lo que nos demuestra, es que hay una oportunidad que está aquí ya, que todavía queda tiempo, que va a haber muchos años, pero lo que queremos es que dentro de décadas miremos para atrás y la gente diga “en el 2023 te podrías morir en accidente de tráfico” como nosotros miramos para atrás hace siglo y medio, cuando si tenías una infección, las probabilidades de morir eran altas. Estamos en ese momento.

¿Cuál es el Plan Estratégico de la compañía?

Hemos hecho un plan a 2026 porque en el sector de movilidad inteligente, de infraestructuras, puedes contratar proyectos que te permiten luego desarrollarlos porque tienen un tiempo de desarrollo. Por eso hemos fijado un plan al 2026, por lo que pretendemos superar los 71 millones de euros y una EBITDA de 7,5 millones, que nos da un crecimiento anual compuesto en el EBITDA por escalabilidad mayor que en las ventas, cercano al 16%.

Esto está basado en crecimiento orgánico, en esa cartera de 100 millones, en ese pipeline. Por supuesto, queremos ir más allá con el crecimiento inorgánico, lo que pasa es que somos pudientes también y en ese sentido, yo creo que es un proyecto sólido. También nos avalan esos 50 años de trayectoria impecable en el mercado, que demuestran esa capacidad de adaptación.

Tenemos clientes con los que empezamos en el año 72, como Metro de Madrid y Renfe, que siguen siendo clientes hoy. Y ese sistema que decía de multiconferencia, sigue instalado sobre IP, sobre fibra óptica…

El cliente lo vemos a largo plazo, esas inversiones que hacemos nosotros tienen ciclos de vida largos, que eso permite que decisiones de inversión que hacemos 100% de smart mobility puedan tener ese retorno, esa rentabilidad, porque en la tecnología hay que tener claro dónde inviertes. Por ejemplo, para lo que evoluciona muy rápido, como cambiarnos de móvil, alianzas. El riesgo lo tiene que soportar a aquellos partnes que están orientados a sectores como el de gran consumo, no al de movilidad y, en ese sentido, esa combinación de alianzas y desarrollo propio nos permite desarrollar ese plan al 2026.