Ray Prasad, Gestor de Batterymarch, filial de Legg Mason, y responsable del fondo Batterymarch Emerging Markets Equity Fund, considera que: "Los mercados emergentes empezaron desde una posición mucho más sólida que los desarrollados al inicio de la crisis global. Tienen una gran estabilidad macroeconómica; la mayoría han solucionado sus desequilibrios presupuestarios; han mejorado la balanza de pagos; han alargado el vencimiento de sus obligaciones, y han aumentado las reservas de divisas. Un número creciente de países cuenta con abundantes reservas (fondos de estabilización económica y / o fondos de patrimonio soberano), lo que reduce su vulnerabilidad a fuerzas externas, y les permite apoyar el crecimiento doméstico mediante la reducción de los tipos de interés y programas de estímulo fiscal, entre otras iniciativas.

"Además, muchas economías emergentes registran un crecimiento saludable impulsado por la inversión. Se ha invertido capital, tanto público como privado, en proyectos de infraestructuras importantes en India, China, Oriente Medio y Rusia
. Estas inversiones, así como el creciente consumo doméstico, han ayudado a proteger a estas economías de la caída de la demanda externa", continúa Ray Prassad.

Respecto al caso específico de las empresas en los mercados emergentes, Ray Prasad destaca los principales factores que posicionan a las empresas de estos países como una creciente fuente de oportunidades atractivas. "Las expectativas de crecimiento de sus beneficios están muy por encima que la de los países desarrollados. Muchas compañías de estos países comenzaron a reducir posiciones deudoras en sus cuentas de resultados tras las crisis de finales de los años noventa, y principios de 2000, lo que les ha permitido mantener una relación estable entre deuda y renta variable, en torno al 55%. Por poner un ejemplo, esta relación en los mercados desarrollados giraba en torno al 100% antes de la crisis y, posteriormente, ha bajado a una cifra de entre el 49% y el 60%, sólo como consecuencia de la obligada reducción de deuda. Por otra parte, las empresas de los mercados emergentes tienen una rentabilidad sobre recursos propios (ROE) muy positiva, gracias a unas sólidas cuentas de resultados y a un endeudamiento limitado, lo que les proporciona protección ante los periodos bajistas."

El Batterymarch Emerging Markets Equity Fund selecciona valores de forma pormenorizada (bottom-up), de manera que favorece a las empresas de alta calidad con una posición dominante en sus respectivos mercados y una valoración atractiva.

Las empresas relacionadas con el consumo doméstico y las infraestructuras, que deben sobrevivir al margen de la crisis económica global, están bien posicionadas según este modelo, al igual que el sector financiero y la automoción. Sin embargo, ha bajado el atractivo de las compañías de sectores menos cíclicos, por lo que están infraponderados. El gestor actualmente busca oportunidades no sólo en economías grandes como China, India o Brasil, sino también en mercados más pequeños como Indonesia, Pakistán y Turquía.

A pesar de las alzas registradas en los primeros meses del año, Prasad advierte que el precio de las acciones no debe superar demasiado a los factores subyacentes y, por tanto, sería de esperar una corrección modesta a corto plazo. "Opinamos que continuará la volatilidad hasta que se estabilicen los mercados globales. No obstante, los mercados emergentes siguen la tendencia al alza, y declives como los registrados en 2008 suponen grandes oportunidades para inversores a medio y largo plazo que han podido comprar valores atractivos con grandes descuentos”