Estos días han salido en los medios sendas noticias relacionadas sobre nuestro sistema financiero y que hacen referencia por una parte al aumento del ahorro de las familias españolas y por otra, a la reducción del índice de morosidad en la banca española.
Estas noticias están basadas en datos e informes del BdE aunque sacados fuera del contexto deberían ser incluidos, transformándose en verdades absolutas que no son tales si miramos esos mismos datos en perspectiva. Empecemos por la primera, la riqueza de las familias españolas alcanzó la cifra de los 1,04 billones de euros al final del 2013 (descontado el endeudamiento) representando el importante aumento del 25,5%
con respecto al fin del año anterior. Con ello, los niveles de ahorro/riqueza de los españoles se colocan como al inicio de la crisis, es decir a finales del año 2007. Haciendo una pequeña comparación vemos que también las deudas a esa misma fecha eran de 846.000 millones de euros, cifra parecida a las del finales del 2006. Con esta comparación, tendríamos que decir que vuelven las aguas a su cauce. No es que las familias españolas ahorran más sino que el endeudamiento se reduce y, al reducirse, este parámetro de endeudamiento que mide este indicador tiene un resultado final más positivo que el año anterior. Así de sencillo. La ecuación para que esto aumente es: “o reduces endeudamiento o aumentas el ahorro” está claro que el desapalancamiento de los españoles se ha producido y se sigue produciendo, por lo que el ahorro por simple resta de estos parámetros aumenta .
Cualquiera que lea la noticia puede preguntarse ¿cómo es posible que, con la crisis, la reducción de salarios etc. el ahorro aumente? Aunque se pueden dar razones y explicaciones plausibles en este sentido, como por ejemplo el conservadurismo a la hora de gastar “ versus miedo” a la situación futura que les puede llegar a sus familias, ponen las medidas necesarias para en primer lugar, postergar las inversiones en el caso de que las tuvieren planeadas y en segundo lugar mantener el ahorro, no es menos cierto que se tira del ahorro existente para poder ir solucionando las necesidades coyunturales y las salidas del ahorro son mayores que las entradas en este parámetro.
Algo parecido podríamos decir de la morosidad de la banca española. Según los informes el BdE, en el mes de Febrero los bancos acumulan casi 200.000 millones de euros en créditos morosos lo que supone una reducción de casi 2.000 millones de euros con respecto al mes de Febrero. No nos engañemos, si el dinero prestado de Enero a Febrero se reduce en 4.000 millones de euros y la reducción de la mora baja en 2.000 millones de euros, aumenta la mora en vez de reducirse y sobre todo en hipotecarios y, aunque no son parámetros comparables entre sí, tenemos que tener en cuenta que al mismo tiempo que nos desapalancamos los bancos no dan crédito y encima aumenta la mora, la ecuación es sencilla la entrada en mora de préstamos y créditos y sus vtos. son superiores a los concedidos y por ello baja la morosidad. De siempre, para reducir la mora tanto en cifras absolutas como en porcentajes hay dos formulas “o aumentas el volumen de créditos o reduces la mora por las vías que sean", al aumentar el volumen de créditos concedidos y, dado que la mora no aparece en los primeros compases de la operación, la morosidad absoluta y porcentual baja, esta situación no se mantiene o puede no mantenerse en el tiempo dado que esos créditos concedidos pueden entrar en mora en un tiempo más o menos corto, siendo este axioma un espejismo si los créditos que entran en el activo bancario no están bien concedidos y sus titulares no disponen de suficientes recursos para hacer frente a las cuotas de amortización de los mismos.
En fin no se pueden ver los números fríos y sin comparación o perspectiva, estamos muy habituados a contar medias verdades y los números también son tozudos.
Rafael Montava Molina
Consultor Financiero Empresarial
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CEO FIDARE