- La inflación se ha convertido, casi de la noche a la mañana, en una de las principales preocupaciones para los inversores. ¿Creen ustedes que será transitoria o que debemos acostumbrarnos a una inflación elevada durante más tiempo?

Es curioso porque hicimos un estudio de cuántas veces aparecía la palabra inflación en Bloomberg, en la herramienta de los inversores profesionales, y salía 224 veces frente a 36 que salía la palabra Covid en 2021. Seguramente si lo hubiéramos mirado en 2020 hubiera sido totalmente a la inversa. Hay una gran preocupación por la inflación, en un primer momento se pensaba que iba a ser puntual pero cada vez vemos más complicado que vaya a ser transitoria a corto plazo porque está durando tanto que está afectando a todo tipo de resortes económicos porque lo que parecía que iba a afectar sólo a materias primas se ha extendido también a materiales de construcción y también se está hablando que va a afectar a los salarios. Con lo cual tenemos que acostumbrarnos a que haya inflación aunque no en un porcentaje tan elevado como hemos visto del 7% en EEUU, aunque también es importante decir que hay factores deflacionistas en la economía que no han desaparecido como es la deuda de los países que está más alta que nunca por el Covid, la demografía porque los países desarrollados seguimos estando muy envejecidos y la digitalización. Estos vientos deflacionistas siguen estando pero la mancha de aceite inflacionista creemos que va a seguir en este 2022.

- Quizá, la pregunta que más se hacen los inversores es si este escenario es malo para la renta fija... ¿qué les contestaría?

De manera muy sencilla sí, porque es un escenario donde la economía está sobrecalentada y hay que enfriarla. ¿Cómo se enfría? Subiendo los tipos de interés. ¿Qué pasa en la renta fija cuando se suben los tipos? Pues que la valoración de los bonos antiguos con unos bonos más bajos bajan, con lo cual puede parece que no es el escenario ideal, pero hay que saber navegar en este escenario y saber que lo que se está creando es el escenario idílico de bonos del futuro porque se van ampliar diferenciales, se va a pagar más y va a salir todo más caro y se puede construir una buena cartera de cara al futuro.

- ¿Es, entonces, un terreno propicio para la buena gestión activa?

Incidiendo en la respuesta de antes lógicamente hay que saber buscar, arremangarse y encontrar lo más adecuado se hace con la gestión activa. Si compras de manera masiva, a discreción, vas a comprar lo bueno y lo tan bueno porque en un escenario de subida de tipos hay que ser mucho más selectivo. Hay emitidos 120.000 billones de dólares de deuda, en 120.000 billones de deuda te puedes encontrar muchas cosas. No puedes comprar todo replicando un índice.

- ¿Qué consejos, estrategias, recomiendan para invertir en renta fija en este contexto?

Nos centramos en tres estrategias. La más sencilla y tradicional es centrarnos en duraciones cortas porque hace que si estás más cerca del vencimiento puedas ir renovando tu cartera de bonos y puedas ir igualándolos con los tipos a medida que van subiendo. Además, en teoría, los tipos a corto plazo pueden sufrir menos pero en el cierre de 2021 y en la primera semana de 2022 es la parte que más ha sufrido.

La segunda estrategia sería comprar con rendimientos más altos, ya que si consigues rendimientos lo suficientemente amplios como del 5% aunque suban mucho los tipos es verdad que la valoración de ese bono va a ir bajando pero el cupón de ese bono al 5% te puede ir compensando esa dificultad. Hay que buscar con mucho cuidado, esos rendimientos los vemos en los bonos AT1 de los bancos. Estas entidades son las más beneficiadas de unos tipos más altos por el margen de intereses que es el principal  negocio de los bancos y además están muy bien capitalizados. Un banco que tenga un rating de A y esté emitiendo bonos AT1 BBB debería estar pagando una rentabilidad del 5%. También paga un rendimiento interesante la renta fija emergente, incluso del 7,5% en la parte de ‘high yield’ por lo que hay ser paciente, tener la cabeza fría porque va a sufrir más las subidas y bajadas de la renta fija.

Hay una tercera estrategia que son los bonos flotantes, que es adecuan muy rápidamente o de manera inmediata a la subida de tipos como son los bonos ligados a la inflación, que a nosotros nos gustan pero no nos convencen del todo porque a veces lo que te compensa vinculando a los tipos oficiales se pierde porque son bonos con duraciones muy largas, incluso de 30 años. Puedes sufrir a largo plazo lo comido por lo servido. Sí que nos gustan mucho los ABS, CLO… que son activos que vienen ligados a hipotecas, créditos empresariales con un tipo de interés flotante. Es verdad que a nosotros como tenedores de una hipoteca nos hace daño una subida de tipos, pero cada seis meses se actualiza con el tipo oficial del dinero, el que tiene deuda está recibiendo un cupón de esa manera flotante también se va a estar actualizando constantemente con lo cual creemos que también es una buena herramienta para combinarla en una cartera de renta fija.