Este próximo 12 de febrero se celebra el año nuevo chino, una economía que fue la primera en entrar en la pandemia, la primera en salir y casi la única economía que cerró con crecimiento positivo en 2020. De cara a 2021, todo apunta a que seguirá liderando el ranking. ¿Cuál es la base de este crecimiento? 

Los datos chinos con muy interesantes porque China y Asia en general están mejor que sus homólogos occidentales, que siguen luchando parar controlar el coronavirus. La actividad económica terminó 2020 con un crecimiento del PIB del 5.5% interanual, es un nivel inesperado cuando vimos el shock que ha representado el coronavirus en el primer trimestre sobre la economía china. En 2021 será el país del G-20 con crecimiento positivo  en 2020 es verdad que parte del repunte vino del sector industrial, que se mostró bastante dinámico pero más allá de esto, la demanda externa siguió estando bastante fuerte. pero es porque exportó muchos productos Covid, como mascarillas, equipo médico u ordenadores . A pesar de un primer confinamiento que fue muy estricto en la región, fueron capaces de reactivar el tejido industrial. Para este año podría llegar al 8% del PIB, que es importante sobre todo si lo comparamos con el resto del mundo. Esto crea oportunidades. Una base es el fuerte apoyo del gobierno que ayudará mucho al crecimiento y a que sea China un país interesante para invertir. Además, las empresas chinas. El Covid-19 ha acelerado muchas tendencias que se podían anticipar y estas disrupciones se mantendrán unos años más. 
 
Uno de los factores que ha querido promocionar China es el desarrollo del consumo interno además apoyado en el decimocuarto plan quinquenal, la hoja de ruta que marca el futuro  del país entre 2021 y 2025 y cuya versión definitiva se aprobará en marzo de este año.  ¿Cuáles son vuestras expectativas en Eurizon? 

Nuestras expectativas son positivas incluso antes de que el plan sea aprobado. En mayor del año pasado, el gobierno proclamó que iba a desarrollar al máximo las ventajas de su propio mercado para fomentar la demanda doméstica y establecer un nuevo patrón de desarrollo. Si volvemos al origen, porque hoy en día China es un país clave en el crecimiento económico, a partir de los 70 comentó un proceso de reapertura y el problema que tenían entonces es que no tenían reservas de divisa extranjeras. Hoy en día sabemos que esto  se ha  solventado. Hay cierto desacople o desglobalización  que tiene lugar en China y que es el resultante de las tarifas y aranceles  que impuso Trump y a China no le quedó otra opción que redoblar su apuesta por vincular el crecimiento a la demanda doméstica.  

Si miramos el plan quinquenal, se esfuerza en seguir a rajatabla el mismo. Es un país comunista, no hay elecciones con lo que sus planes son hojas de ruta muy claras. Crecer por crecer no es una prioridad, hay que crecer con calidad y de forma sostenible. Quieren ser más independientes en ciencia y tecnología, e incluso avanzar en la innovación tecnológica. 

Una de las cualidades de China es la mayor apertura al mundo, en sus mercados de capitales. China es la segunda economía y el segundo mercado de valores del mundo, con una capitalización superior a los 10 billones de dólares. Y sin embargo, las acciones de la Clase A solo representan el 0,6% del índice MSCI All Countries World. ¿Qué retos quedan en este sentido? 

Era un mercado muy cerrado, la información sobre empresas estaban en mandarín , que limitaba, varios factores que han hecho que el peso en los mercados mundiales sean muy bajos. No obstante este peso debería acercarse al 13-14%. Solo por razones técnicas y pasivas el peso en los grandes índices mundiales tiene sentido invertir en ellos. Ahora sí miramos el comportamiento, en 2020 estas acciones han tenido un mejor comportamiento que el resto de mercados, resistieron mejor las caídas de marzo y abril incluso que las empresas americanas y europeas. En realidad, el mercado chino está dominado por los chinos, que no pueden invertir fuera. Esto hace que el 80% del dinero invertido venga del particular, del minorista, frente al 20% que es institucional. Esto es lo opuesto de lo que vemos en Europa y EEUU, donde el institucional es el que domina el mercado de acciones. Eso explica también la resistencia del mercado chino. 

Creemos que hay que mirar energías renovables, vehículos eléctricos, consumo discrecional, 5G, sanitario…son sectores que China quiere incentivar y probablemente serán líderes del futuro. China tiene grandes problemas de contaminación y es un país que produce mucho carbono y ha decidido tomar otra dirección invirtiendo mucho en energía sostenibles. 
 
Ustedes tienen presencia en la región a través de dos fondos (renta variable y renta fija). ¿Cuál es la aproximación de cada uno a la región asiática? 
 
En Eurizon tenemos gestora en Londres especializada en RF China, tenemos gestora en Hong Kong especializada en RV y tenemos una joint venture con PengHua Fund Management con lo que tenemos bastante conocimiento de la región. El fondo de renta fija invierte en deuda pública o semipública. Es un activo interesante porque diversifica de verdad pues cuando la renta variable sufre, la renta fija china lo hace bien, y además tiene rendimiento del 3,6% en divisa local.  La renta fija tiene peso bajo en los índices mundiales pero también está aumentando. 

En renta variable tenemos un fondo que busca beneficiarse de nuestra fuerte presencia en China y que quiere estar enfocado en temáticas claras como las que promociona el plan quinquenal. Invierte en empresas de modernización del consumo doméstico, domésticos que se darán  a la energía verde….sostenibilidad, descarbonización, 5G, circulación dual son ideas que nuestro fondo mira de cerca.  

Foco en la sostenibilidad. ¿Qué queda por hacer? 
 
Está claro que quedan bastantes retos a nivel transparencia, gobernanza y también de idioma. Es un país que tiene que aumentar su comunicación y transparencia.  Pero claramente van en la dirección correcta. La ventaja es que cuando deciden hacer algo lo hacen y no se quedan en promesas. Son conscientes del problema y creen que las tecnologías que desarrollen se podrán exportar. Han prometido alcanzar la neutralidad energética antes de 2060 con lo que no se desviarán y harán todo lo posible por alcanzar sus objetivos.