Realizar predicciones sobre la economía y las perspectivas del mercado parece poco útil, ante la elevada incertidumbre sobre la propia pandemia. Solo una vacuna o tratamiento eficaz disponible en un plazo de tiempo razonable permitiría frenar la pandemia y calcular el coste de esta crisis. Mientras tanto, los trastornos sociales y económicos van a seguir intensificándose hasta que la propagación del virus empiece a moderarse.

Así las cosas, desde la gestora no se arriesgarán a hacer pronósticos sobre el alcance de la recesión, las tasas de desempleo o incluso la disminución de los resultados de las empresas. Los mejores epidemiólogos del mundo continúan sin poder evaluar los efectos sin mencionar siquiera los escenarios de salida del confinamiento. ¿Cómo evaluar entonces sus consecuencias?

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 En este contexto de incertidumbre por el impacto del coronavirus, ¿qué pueden hacer los inversores?

Actualmente ya no es posible descartar el riesgo extremo de una pandemia que perdure e incluso se intensifique. Aunque este escenario no sea el más probable, la gestora cree que provocaría una depresión económica de tal magnitud que afectaría a la totalidad de los activos. Si los indicios coincidiesen en ese sentido, habría que poder liquidar los activos de mayor riesgo, es decir, apostar por la liquidez.

En un mundo incierto, hay que cuestionarse constantemente sus análisis y estar listos para dar un giro de 180 grados. Es la primera fase del análisis, la supervivencia. No mermar demasiado su capital o presupuesto de riesgo para disponer de medios para reinvertir.

El escenario más probable y coincidente para ODDO BHF se basa en una pandemia que terminaría a finales del verano y una salida lenta y compleja del confinamiento. Por consiguiente, el impacto macro y microeconómico debería ser importante en los países más afectados por la pandemia. Sin embargo, la rapidez y los importes comprometidos por las autoridades tanto en el plano monetario como fiscal servirán para limitar la recesión con el tiempo e impedir una depresión.

Tampoco hay que descartar la posibilidad de que un medicamento, una vacuna o cualquier otro factor específico extingan el virus y propicien una vuelta a la normalidad. Sus probabilidades siguen siendo muy bajas, pero los activos de riesgo se beneficiarían de un efecto boomerang amplificado por las inyecciones de liquidez de los bancos centrales y los planes de estímulo de los Estados. Se trata de poder actuar con agilidad y apostar por la liquidez para poder reposicionarse rápidamente en los activos preferidos por los inversores.

En resumen, ODDO BHF considera que independientemente del posicionamiento actual, lo más importante es poder ajustar sus asignaciones a los acontecimientos y su interpretación por parte de los inversores. Porque no hay que olvidad que el comportamiento de los mercados financieros no obedece solo a lógica racional de análisis y correlación con la macroeconomía o la microeconomía, sino también a factores humanos o cognitivos. Laurent Denize, director de Inversiones Adjunto Global de ODDO BHF AM, concluye diciendo:

laurent_denize_oddo"Puede que «el mercado» decida en un cierto momento que lo peor ha pasado y «utilice» el flujo de liquidez proporcionado por los bancos centrales. Mantengan su inversión... en activos líquidos, pues los activos poco líquidos son más bien para los inversores que deseen abstraerse de la volatilidad y que no tengan necesidad de liquidez hasta dentro de ocho años"