Las cifras de crecimiento de China han decepcionado hasta ahora a los inversores. Sin embargo, muchos olvidan que la recuperación de los mercados emergentes tras la crisis del COVID-19 ha sido diferente a la de la mayoría de los países desarrollados. No obstante, el crecimiento económico en China, pero también en otros mercados emergentes, parece mantenerse bien, mientras que los márgenes y los tipos de interés son comparativamente altos actualmente. En resumen, existen oportunidades de inversión prometedoras para los inversores.

Un panorama prometedor

Aunque la reapertura de los mercados en el mundo desarrollado, sobre todo en Estados Unidos, sorprendió positivamente a los inversores, las cifras de China y otros mercados emergentes fueron más bien decepcionantes, ya que el consumo tras el levantamiento de los bloqueos dejó mucho que desear. No sólo la rigurosa política china de cierre y el retraso de la reapertura lastraron el consumo de muchos países asiáticos. También fueron limitadas las medidas de apoyo al consumo en comparación con los países desarrollados, donde el capital público se acumuló en los hogares y permitió aumentar el gasto tras la pandemia, impulsando así la economía.

No obstante, las perspectivas para los mercados emergentes son positivas: En China, la última reunión del Politburó envió señales positivas para abordar los retos económicos. Los responsables políticos definieron la debilidad de la demanda y el elevado desempleo juvenil como riesgos para el crecimiento y anunciaron medidas específicas para reforzar el consumo, crear empleo y hacer frente a los riesgos inmobiliarios. Esto marca un cambio de política hacia la priorización del crecimiento económico, y esperamos que se apliquen medidas de estímulo. También se espera un buen comportamiento de otros mercados emergentes. Entre ellos destaca la India, que los inversores consideran cada vez más otra economía con un perfil de crecimiento prometedor. Corea, Taiwán e Indonesia también se encuentran en una senda ascendente. Las perspectivas de crecimiento también han mejorado en América Latina, especialmente en Brasil y México, que se están beneficiando de las tendencias de deslocalización y de un aumento de la inversión extranjera directa. En general, los cambios demográficos favorables, la urbanización y las perspectivas de crecimiento a largo plazo hacen de los mercados emergentes una inversión interesante.

Los mercados emergentes se adelantan en el ciclo de la política monetaria

Las diferencias de desarrollo económico tras la pandemia dieron lugar, entre otras cosas, a una dinámica de la inflación significativamente diferente entre los mercados emergentes y los países industrializados: Mientras EE.UU. y otros países industrializados siguen luchando por reducir la inflación, en muchos mercados emergentes se han hecho grandes progresos. Muchos países asiáticos se han beneficiado de la estabilidad de los precios del arroz y de las baratas importaciones de petróleo y gas de Rusia. Otras regiones emergentes, en cambio, se vieron duramente afectadas por el impacto del aumento de los precios de los cereales y los fertilizantes provocado por la invasión de Ucrania.

Al mismo tiempo, gran parte de las economías emergentes recurrieron a rigurosas medidas de política monetaria en la lucha contra la inflación. Los tipos de interés se han elevado a menudo muy por encima de la inflación, por lo que los tipos de interés reales en la mayoría de los mercados emergentes son ahora positivos. Esto da a los países margen suficiente para seguir relajando la política monetaria e impulsar el crecimiento económico. Algunos mercados emergentes, como Brasil, ya han empezado a recortar de nuevo los tipos de interés.

Rentabilidades de hasta el 10%

Los bonos en moneda local se han beneficiado especialmente de esta evolución: Hasta finales de septiembre, su rendimiento total en euros se situaba en torno al 5,6%. Sin embargo, el rendimiento medio varía mucho según la región, con un 4,4% en Asia, un 8,1% en la región EMEA y un 10% en América Latina. Especialmente la India nos parece ahora prometedora. El país impresiona por sus sólidas cifras de crecimiento y una inflación moderada con una moneda estable, y también debería beneficiarse de las preocupaciones geopolíticas que rodean a China. Sin embargo, es importante que la Reserva Federal no suba más los tipos de interés, ya que un dólar caro suele tener un impacto negativo en los mercados emergentes.

Los bonos en divisas fuertes también son interesantes. Actualmente, la prima de riesgo, es decir, el diferencial con respecto a la deuda pública estadounidense, es del 4,6%, lo que se sitúa en el centro del rango, históricamente hablando. Sin embargo, el rendimiento total de estos títulos de deuda es del 9,5%, lo que consideramos muy atractivo. Además, la inflación ya ha tocado techo, por lo que se espera que los tipos de interés vuelvan a bajar durante el próximo año. Esto significa una ganancia de capital para los inversores en bonos, además del cupón, ya que los precios de los bonos subirían en esta situación.

Precaución con los bonos corporativos

En nuestra opinión, los bonos soberanos con calificación BBB, BB y B presentan actualmente la mejor relación riesgo-rentabilidad. En este rango de calificación, los inversores obtienen rendimientos superiores al 8% y con un riesgo de impago inferior a la media de los valores de mercados emergentes. Esto les da una clara ventaja sobre los bonos con calificaciones A o CCC. No obstante, seguimos siendo algo más cautos con los bonos corporativos: Estos suelen tener duraciones más cortas y pueden, si los tipos de interés caen, mostrar una menor revalorización del capital que los bonos con duraciones más largas. Además, estos bonos suscitan más preocupación por los factores medioambientales, sociales y de gobernanza, y los riesgos también son mayores en caso de recesión mundial.