En el webinar llevado a cabo hoy por Aberdeen SI, dirigido por Amanda Young, Responsable global de inversión responsable, y con el apoyo de Stephanie Kelly, Analista política, y Eva Cairns, Analista senior de inversión ESG estas profesionales explicaron cómo la pandemia está impactando en la agenda climática.

Respecto a las perspectivas para la política climática antes del brote del coronavirus es de destacar que había:

· Un enfoque fragmentado: A finales de 2019 elaboramos un detallado análisis que llegó a la conclusión de que existe un enfoque muy fragmentado en lo que a cambio climático se refiere.

o   El Acuerdo de París es el acuerdo transnacional de mayor relevancia para todos los países.

o   Sin embargo, el análisis puso de manifiesto que el acuerdo era ampliamente criticado dado que no incluye ningún mecanismo de implementación. A pesar de que algunos países se han embarcado en cambios políticos en nombre del Acuerdo de París, muchos otros están fracasando en su intento de plasmar sus compromisos en regulaciones tangibles.

· Objetivo del Acuerdo de París: La gran mayoría de países no están en una buena posición para cumplirlo. Mantener la situación actual dará lugar a un aumento de 3,3 grados centígrados en la temperatura por encima de los niveles pre-industriales, cifras muy por encima del objetivo.

· Los ciclos electorales importan: en teoría los países tienen muchas opciones a su disposición, pero la realidad es que los ciclos electorales y el aumento de la polarización política están haciendo que el cambio climático sea visto como una preocupación de largo plazo, cuando en realidad los gobiernos solo están pensando en los próximos cuatro o cinco años como mucho.

Hasta ahora, los gobiernos se han centrado en contener el daño económico generado por la pandemia, y los paquetes de rescate no discriminan entre energías limpias o tradicionales. Sin embargo, cuando se trata de la transición ecológica, el tiempo es oro. Dos o tres años de retraso o de progreso deficiente en resolver el cambio climático suponen una diferencia sustancial. A medida que avanzamos hacia una fase de recuperación, que de acuerdo a la opinión de las expertas se producirá más pronto que tarde, emergen claras oportunidades para que los países inviertan en una "recuperacion más verde", en áreas como la infraestructura sostenible, edificos más eficientes, educación y formación verde, e incluso I+D verde.

El coronavirus va a suponer un retraso momentáneo en las políticas climáticas, pero las regiones que ya estaban comprometidas con este tema, como la Unión Europea, intentarán retomar su agenda climática cuanto antes. Por lo que respecta a Estados Unidos, con independencia de la pandemia, dependerá de quien ocupe la Casa Blanca en los próximos cuatro años. De resultar re-elegido Trump, la situación no parece que vaya a cambiar.

Hay algunos datos a tomar en cuenta respecto a las emisiones globales. Se estima que en 2020 se producirá una reducción en las emisiones cercana al 8%, es decir, el porcentaje de reducción en emisiones necesario por año para limitar el calentamiento a 1,5C, en consonancia con los objetivos de Paris. Por otro lado, la reducción en la demanda está dando lugar a una caída en las emisiones en la mayoría de los sectores, como es el caso del transporte o energía. Por el contrario, los cambios en los hábitos de vida, como el aumente del teletrabajo harán que aumenten las emisiones en otros sectores, tales como la tecnología, centros de datos y hogares. Los cambios en los comportamientos a largo plazo estarán influídos por la pérdida de aquella demanda que podría no recuperarse.  Dicho esto, es importante que la recuperación en la actividad esté propulsada por energía con bajas emisiones de carbono. Un ejemplo de ello es, a día de hoy, sólo el 4% de la energía utilizada en los centros de datos de Google procede de fuentes renovables.

Y a todo lo anterior, ¿cómo se ha visto afectado el enfoque de Aberdeen en el cambio climático por el Covid-19?

Sus cuatro pilares se mantienen intactos e incluso ahora son más importantes que antes para asegurar que los objetivos climáticos a largo plazo siguen siendo una prioridad para las compañías y gobierno. "Hay una gran oportunidad para conseguir que 2019 sea recordado como el año en el que las emisiones alcanzaron su máximo", comentan. Es necesaria la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono, por lo que se necesita una asignación importante de capital por parte de inversores privados, creando oportunidades de inversión. En su proceso de inversión incorporan los riesgos y oportunidades derivadas del cambio climático, pero además la Gestora Aberdeen colabora activamente con las empresas en las que invierte y la consideran su misión como inversores activos.

Caber recordar que hay dos fondos de esta gestora para aquellos inversores interesados en invertir y apoyar temas ASG. Uno de ellos es: Standard Life Investments Global Sicav - European Corporate Bond Sustainable and Responsible Investment. Fondo lanzado en octubre de 2012, con activos que siperan los 1.368 millones de euros y que en lo que va del año y a pesar de la volatilidad de los mercados cae sólo un -0,9%, con un rating medio de las compañías en las que invierte de BBB, una rentabilidad a vencimiento de 1,7 y una duración modificada de 5,1. Es un fondo que como su nombre indica, invierte en bonos corporativos europeos y cuyo objetivo es lograr crecimiento a largo plazo.

Y también cuentan con el fondo Standard Life Investments Global Sicav II Global Equity Impact fund, con un patrimonio menor al igual que su historia no llegando aún a los 3 años desde su lanzamiento, pero alcanza un rating de sostenibilidad alto. Es un fondo de renta variable global, con el objetivo de lograr rentabilidad en el largo plazo. El sector salud, el industrial y el de servicios financieros representan en torno al 50% de una cartera concentrada, representada por 44 posiciones. Entre sus principales posiciones destacan Mastercard, UnitedHealth Group, Alstom, Prologis entre otras.