Los mercados emergentes han sido esenciales para entender la actuación del conjunto global de los mercados en el principio del año. Primero Argentina, luego Venezuela, Turquía, Rusia, Ucrania... ¿Considera que veremos movimientos en estos países en el resto del año?

Lo que ha pasado últimamente es que muchos inversores se dieron cuenta que la política y los eventos que pasaron en esos países eran primordiales. Pienso que la gente lo había olvidado un poco en los últimos años, porque el riesgo político, algo central en la política emergente, no había vuelto como lo ha hecho ahora mismo. De modo que sí, va a haber volatilidad todavía por todos los temas políticos que existen. Hay muchas elecciones en varios de los países, así que eso será un tema central para este año.

A pesar de las fuertes rentabilidades del mercado de bonos en este tipo de países, aún hay salidas netas de los fondos de los mercados emergentes todas las semanas. ¿Piensa que esta tendencia continuará?

Lo que hemos visto en las últimas semanas es que las salidas han bajado, pero en lo que hay que fijarse es que esas salidas han llegado a través del inversor retail. Los grandes inversores institucionales se han quedado invirtiendo dinero en bonos emergentes, a pesar de toda la volatilidad que hubo en los últimos meses. Por tanto, creo que la tendencia se está tal vez invirtiendo y que vamos a ver ingresos nuevamente, más que nada del inversor individual.

Este año muchos analistas han hablado sobre la posibilidad de un nuevo default en Argentina después de los problemas con el peso. ¿Cree que es una posibilidad?

El riesgo de default está claro que es central en la deuda emergente. Principalmente, la mayor parte del tiempo está sobrevalorizado por el mercado. Ese fue el caso de Argentina el año pasado. Allí lo que esperamos es más una normalización de la situación, que sea económica política en las relaciones internacionales. Pienso que el riesgo de impago de la deuda se ha reducido en comparación a unos meses atrás, por lo que no veo un riesgo a corto o medio plazo de default en Argentina. Al contrario.

¿Cuáles son sus principales posiciones en estos momentos?

Ahora mismo todavía tenemos una posición bastante importante en Venezuela, también en Argentina. Hablamos de eso justo ahora. Sin embargo, ha bajado en comparación con el año pasado. También estamos posicionados en Turquía, Indonesia y Ucrania, que sigue siendo el centro de atención de las noticias.

Venezuela, Turquía y Argentina son tres de sus principales posiciones en su cartera ahora mismo. ¿Piensa que esos bonos son seguros o existe determinado riesgo?

En nuestro análisis lo importante es el riesgo en relación a la rentabilidad potencial. Nosotros no miramos solo en sí los fundamentales del país, aunque sí la inflación, cuál es la tendencia y más que nada cuál es el posicionamiento y los flujos de los inversores relacionado con las deudas de estos países. Entonces, cuando tenemos la visión de los dos lados decidimos si la deuda de un país es atractiva o no. Si vamos a tomar posiciones de un tamaño adecuado.

La volatilidad del primer trimestre se ha elevado debido a los problemas con Rusia, donde el conflicto con la Unión Europea y Estados Unidos no se ha resuelto. ¿Cómo se posicionarán para intentar generar dinero con esta situación?

Siempre creo que hay que tener una visión a medio y largo plazo. Al margen de las noticias y de lo que uno lee en los diarios hay que ver cuál es el potencial a medio plazo. La situación en Ucrania con Rusia fue un buen ejemplo. Teníamos un país donde había muchos problemas como Ucrania, claro. Un problema de liquidez a corto plazo. Pero fundamentalmente no había un problema tan grande del nivel de la deuda soberana. También hay mucha probabilidad de que el país tenga ayuda externa, como ya sucedió con el FMI que dio 18.000 millones de dólares. Hay que ver la imagen global, las fuentes de ayuda externas, y no solo la situación económica del país. Aunque hay volatilidad y una buena revolución en el país, hay que ver esta perspectiva a medio o largo plazo, más allá de lo que se lee.

La gran parte principal de su cartera está formada por bonos gubernamentales. ¿Ve algún valor también en bonos corporativos? Y en ese caso… ¿En qué compañías?

Tenemos un foco más amplio en deuda soberana. Podemos tener deuda corporativa. Lo que vemos de una forma más global es que la deuda emergente corporativa se ha puesto muy cara en relación a la deuda soberana. De manera general veo mucho más valor en la deuda soberana que en la corporativa.

¿Qué rentabilidad espera para su fondo de inversión este año?

Es la pregunta mágica. Este año podría decir que podría ser mediano, lo que quiere decir entre un 5% y 10% de rentabilidad. El año pasado los inversores me hicieron la misma pregunta y yo contesté que era muy difícil porque veía un mercado plano o negativo, que es lo que pasó. Este ejercicio, por el contrario, soy más positivo porque el nivel de los precios hace que puedan entrar más inversores.

¿Cuál es el perfil de inversor que podría estar interesado en su fondo?

Tenemos inversores de todas las partes. Desde bancos privados hasta inversores individuales. También, inversores institucionales grandes en toda Europa. Creo que lo interesante del fondo es que no tenemos un bench mark, lo cual nos da una libertad encontrar las oportunidades en la deuda y divisas emergentes. Eso interesa cada vez más a la gente porque han visto que tener una inversión pegada a un índice o a una clase de activo que sea deuda local o deuda en dólar a largo plazo no es la mejor manera de tener ganancias en el mercado emergente.