Y es que todavía son muchos los retos que el sector tiene por delante. El más importante, el regulatorio. Aunque todavía hay muchos puntos que se desconocen, los expertos reconocen que Mifid2 es como las leyendas urbanas, todo el mundo ha oído hablar de ellas pero nadie lo ha  visto. “A estas alturas estamos en una situación en la que ni siquiera se ha dicho el título que será necesario para formar a los empleados de banca. Está todo muy verde”, reconoce Javier Amo, director del máster de Bolsa y Mercado de IEB. Con lo que es probable que la norma salga pero la aplicación y los plazos serán más lentos de lo que pretende la norma.

Y aquí va el primer obstáculo para los bancos, especialmente los más pequeños porque “con la burocracia que viene es necesario tener una dimensión mínima para soportar todo lo que hay que implementar a nivel de cumplimiento normativo, control interno, compliance…” explica José Lizan, gestor de carteras en Quadriga. Con lo que si se habla ganadores, serán las entidades grandes y mejor preparadas para implementar la norma.
 


Han participado:
José Luis Martínez Campuzano (AEB), Jaume Puig (GVC Gaesco), Miguel Ángel García-Ramos (Ei), Silvia Morcillo (Ei), José Lizán (Quadriga), Javier Amo (IEB) y Yosi Truzman (Ahorro Corporación)

Esto será la causa de la reorganización del sector que, a dos años vista, debería tenerse claro el mapa bancario. “Un plazo en el que esperamos se acometan las últimas fases de saneamiento de un sector que se ha caracterizado por su lenta recapitalización”, reconoce Jaume Puig, director general de GVC Gaesco. Y para muestra recuerda que la crisis inmobiliaria estuvo en cuatro países a la vez- España, Irlanda, Inglaterra y Estados Unidos – y lo que les ha diferenciado es la rapidez con la que se han acometido las soluciones. De hecho, a día de hoy “estamos viendo cómo en determinados bancos españoles siguen entrando créditos morosos que vienen de aquella época (2007)”.
 

El inmobiliario sigue pesando aunque generará menos provisiones


La inmobiliaria que “tocó suelo en 2013 y lo vemos en 2017-2018 creciendo a precios de 4-6% y creo que el catalizador de los bancos será por menos provisiones por recuperación del ciclo inmobiliario”, reconoce Miguel Ángel García, analista de valores y fondos de inversión de Estrategias de inversión.  Recuperación muy irregular, confirma el experto de GVC- donde está fallando el inversor de primera vivienda y el inversor financiero ocupa el primer puesto. “Con lo que es una demanda todavía con pies de barro. No es un mercado sano”.

Claro que si basamos nuestra tesis de inversión en inmobiliario, mal vamos. Porque muchas veces ni conoces la cartera inmobiliaria que tiene el banco. Con todo, si mejora el mercado inmobiliario habrá menos provisiones, que es lo más drenaba a la cuenta de resultados y “aunque no se vendan viviendas, nos libramos de esta provisiones que están dando directamente a la líneas de flotación de las entidades”.

Al final la situación del mercado inmobiliaria tiene mucho que ver con los cambios en la compraventa de viviendas, “pues la generación actual va encaminada al uso y no a la propiedad. Es una generación totalmente diferente a las anteriores y esto tendrá también un impacto”, reconoce el experto del IEB. Un cambio que también se ha manifestado en tema tecnológico, como las fintech que “más que un riesgo es una oportunidad para el sector, prosigue LIzán,  porque “supone pasar de un modelo  de sucursales y personas, intensivo en capital, a un modelo intensivo en tecnología, que hará que tengan una estructura de costes más liviana a lo que se une el efecto digital, que dará más capacidad de atraer más clientes a un coste menor”. ¿cuándo veremos los efectos? El consenso habla de 2018-2019. Claro que no todo es positivo. El experto de IEB reconoce que hay un riesgo de anticipación tecnológica brutal pues no se sabe si lo que estamos haciendo ahora será lo definitivo y “estoy convencido de que, de todo lo que se está invirtiendo ahora, en cinco años apenas valdrá el 10%”. Ahora, cuando hablamos de bancos rentables, todos están de acuerdo en que serán los sean capaces de implementar un mix de negocios –tecnológico y tradicional, más basado en sucursales - donde “irán eliminando oficinas pero hacerlo totalmente es imposible, pues hay un porcentaje de la población que sigue requiriendo los servicios físicos”, explica el experto de Estrategias de inversión.
 
Es necesario que el engranaje de morosidad, tipos de interés y concesión de crédito funcione
 
Está claro que las entidades han acometido una lenta recapitalización que aun hoy no ha terminado con lo que “hay poca discusión en la pregunta: habrá concentración porque para mí la banca es la siderurgia del siglo XIX”, sentencia Yosi Truzman, departamento de ventas de equity e institucional de Ahorro Corporación.

Hay un factor que a todo el mundo le sorprende “que es que nadie piensa en una consolidación transeuropea, que es lo que sería preferible en este momento”, reconoce el experto del IEB. De hecho, recuerda que Credit Mutuel tiene un 4% de Banco Popular y hubiera sido un movimiento obvio pero es frustrante porque tendría que haber vocación de fusión paneuropea y crear bancos europeos.

Por otro lado,  Amo señala que el negocio bancario es muy sencillo: comisiones, márgenes y masa crítica. En este momento es evidente que hace falta masa crítica para toda la regulación que está viniendo por lo que tiene que haber una oleada de movimientos corporativos. Pero además, para que estas tres variables funcionen es necesario que el engranaje que supone la morosidad, los tipos de interés y la concesión del crédito funcione adecuadamente.

Empezando por esta última, José Luis Martínez Campuzano, Portavoz de la AEB reconoce que la “demanda de crédito está creciendo a ritmos de doble dígito, en caso de familias y consumo mientras el de empresas está creciendo un 6%”. No hay que olvidar que España es un país bancarizado que ha aprendido de los errores del pasado por lo que las grandes empresas están tratando de diversificar sus fuentes de financiación, facilitadas por unas condiciones financieras desde el BCE excepcionalmente laxas. En el caso de las pequeñas y medianas el crecimiento del nuevo crédito bancario es muy positivo.

Dice el experto de Estrategias de inversión que las sorpresas en BPA de las entidades vendrán además por la parte larga de los tipos que están tirando y “al final las entidades son muy value y cíclicas, con lo que deberían verse beneficiadas”. Y un punto más, cualquier mejora en márgenes irá en “vena” porque “no se repercutirá al cliente hasta que los tipos estén al 3-4%”, añade el experto de Ahorro Corporación. Mención especial tienen las políticas del BCE que es improbable que suba tipos antes de 2018 e incluso hay quien cifra que podría ser en septiembre de 2019, que es la última reunión de Draghi. Primero se tendrá que cambiar el QE, lo razonable es esperar unos meses a ver la reacción del mercado y después se podría pasar a subir tipos con lo que “para que los bancos puedan notar este efecto, nos vamos a 2019. Con lo que el margen de interés en 2017-2018 poco aportará a las cuentas bancarias”, reconoce Puig.
 


Sin embargo, más allá de que se suban tipos lo más importante – dice el portavoz de la AEB- es la expectativa  pues “al final los mercados viven de descontar el futuro y que tanto curvas como mercados descuenten parte de la subida de tipos es positivo para los bancos”.  Lo que sí veremos, con independencia de cuándo se suban tipos, es un proceso de normalización de mercado con curvas que deberían reflejarlo. De hecho, se ha visto que el porcentaje de deuda pública en negativo ya ha pasado del 48% al 40%.

En último lugar, la morosidad. Actualmente se encuentra a tasas del 7-9%, distorsionado por el dato Banco Popular, y es una tasa elevada. Lo que muestra que todavía estamos muy lejos de una situación normalizada. Si bien es cierto que han hecho mucho esfuerzo, pero todavía queda mucho por hacer.   Campuzano reconoce, en referencia a la lentitud a la que aluden muchos expertos de la reestructuración del sector financiero, que Reino Unido lleva una década con este tema y las entidades de la AEB han conseguido multiplicar su capital por 3-4 veces, han provisionado en un 60% su crédito moroso, por encima de la media europea, y han reducido la morosidad en niveles del 9,3%, cuando la caída del crédito moroso es del 13% anual. “Siempre se puede pedir más, pero han hecho un esfuerzo importante”. Y un punto más, en España no se ha frenado la concesión del crédito “puede estar creciendo a niveles bajos pero no se ha frenado como sí ha sucedido en otras regiones que también vivieron la crisis inmobiliaria”.  
 
A BBVA le puede interesar la compra de Banco Popular porque no tiene pymes, en lo que es fuerte la entidad que preside Saracho


Con el contexto puesto sobre la mesa, ¿hacia dónde se puede dirigir el foco? Variedad de opiniones para definir el futuro de Banco Popular. Una entidad que tiene un ratio CET1 Fully Loaded del 8,2% lo que anticipa la probabilidad de una operación corporativa o ampliación de capital.  Javier Amo cree que la primera opción que tienen es vender lo que no es estratégico, básicamente la parte internacional, dado que de muchos de los negocios fuera de balance, como tarjetas, cajeros, etc, ya tienen vendida una parte importante del negocio y después de eso ver cuánto necesitarían para cubrir sus necesidades..."  Aunque antes de realizar esta última opción, Truzman habla de que el mercado le tendría que dar margen de dos años para subir los ratios de capital con los beneficios que genere en 2017-2018 y así evitaría la ampliación. Eso asumiendo que no vaya a salir ninguna sorpresa adicional de lo que ha puesto ya encima de la mesa.

Otras voces hablan de operación corporativa pues una vez hecha la gran limpia y hecho el grueso de las provisiones, puede que alguien tenga interés en poner el capital que falta y quedarte con el negocio de pymes pues “la red de popular funciona, siempre ha sido de estructura muy ligera aunque puede adolecer de nuevas tecnologías”, reconoce Lizán. Por cierto, que BBVA puede ser una de las entidades a las que le interese comprar Banco Popular puesto que no tiene pymes. 

La pregunta que nos hacemos es ¿se va a ganar dinero invirtiendo en operaciones corporativas de bancos? No hay mucho dinero a ganar, ni por el lado del comprador ni por el comprado. Y lo mismo para las ampliaciones. Dice Jaume Puig que para ir a una ampliación “debemos estar convencidos de que es la última. Y estamos viendo todo lo contrario. Es un sector con mucho futuro pero no es el momento”.

Si quieren una pista, Sabadell, BBVA – por eso de que lo ha hecho peor que el Santander o incluso Bankinter son algunos de los nombres que resuenan a modo de “si tuviera que estar en alguno….”. Y eso a pesar de que la entidad que dirige Dolores Dancausa tiene los ratios más altos del sector. Una prima que tiene sentido viendo que ha sido capaz de ganar dinero en un entorno de contracción del crédito, tipos y márgenes de interés ha ido en contra.

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