El oro se halla en una encrucijada. Por un lado, los inversores podrían querer volver a refugiarse en él ante el estallido nuevamente de la incertidumbre en Europa. Por el otro, los rumores de retirada de estímulos monetarios en EEUU le restan atractivo. Técnicamente, esto se traduce en un rango de movimiento para el medio plazo comprendido entre “los 1.520 y los 1.830 dólares
”, indica Gabriela Vara Orille, responsable de CFDs y divisas de Inversis Banco.

Vayamos por partes. En el corto plazo, aprovechando el rebrotar de las incertidumbres político-económicas en Europa, Gisela Turazzini, co-fundadora de BlackBird, apuesta por una revalorización del oro. “Podríamos llevar a cabo una operación alcista, comprando en 1.580 dólares y buscando swing trading con objetivo en la parte alta del rango lateral en 1.800 dólares”.




Pero la continuación alcista podría irse al traste si asistiéramos a la pérdida de los 1.550 dólares por onza, entonces los bajistas se podrían frotar las manos. Un hecho que podría anticipar esto sería la retirada anticipada de las medidas de flexibilización cuantitativa de la Reserva Federal de EEUU, “lo que significaría un gran alivio para la economía mundial, puesto que implicaría que al fin el ciclo económico se sustenta por los agentes económicos y no por políticas monetarias establecidas por la FED. En este sentido, mi atención se centraría en los 700 billones de dólares que el ahorrador americano tiene invertidos en fondos monetarios. Esto me hace pensar que podría ver más subidas en la renta variable y caídas en el oro”, dice Turazzini. Pero, ¿sorprenderá la Fed cortando las alas del helicóptero Bernanke? El presidente de la Reserva Federal no deja de remarcar que mantendrá las políticas cuantitativas hasta que el paro descienda del 6,5%, pero las últimas actas del FOMC ya mostraban que cada vez hay más voces en el seno de su organismo a favor de endurecer las políticas económicas. Al fin y al cabo, aunque el oro se haya revalorizado un 14% desde el primer QE, cada nueva entrega ha tenido menos efectividad y parece que el oro ya se mueve más a golpe de discurso, que de medidas concretas. Las minutas del FOMC publicadas la semana pasada fueron suficientes para hundir al oro por debajo de los 1.600 dólares, nivel que aún no ha recuperado a pesar de que los informes económicos sigan mostrando un panorama mixto en EEUU. Por ello, “tras perder niveles de soporte de corto y medio plazo (1.650 dólares) se encamina a reflejar cierta debilidad, por lo que es posible que nos encontremos ante momentos de incertidumbre sin una dirección clara aparente”, dice en consecuencia Juan Enrique Cadiñanos, jefe de mesa de Hanseatic Brokerhouse.



Pero, ¿y si la Fed no retira los estímulos y sigue imprimiendo billetes? Esto es lo que cree que hará el banco central, según Eduardo Bolinches, Director de Bolsacash. Este experto apuesta porque el oro suba y rompa los 1.900-2.000 dólares. Por fundamentales y por técnico tiene por delante dos años maravillosos, con objetivo en 2.400 dólares sin ningún problema, de hecho, podría alcanzarlo en el 2013”.

Sin embargo, para el largo plazo la época dorada del oro promete no volver a repetirse (quizás por fortuna, porque no sigamos en crisis). Monserrat Formoso, de gestión de carteras de Tressis SV, apuesta porque el oro vaya perdiendo atractivo: “con cierto crecimiento económico y la relajación de la incertidumbre, el dinero comenzará a salir del oro e irá a otro tipo de activos”. De hecho, desde ABN Amro pronostican que el precio de la onza de oro se situará en los 1.400 dólares este año, en 1.200 dólares a finales del próximo y en los 1.000 enteros en 2015.