Está resultando ser la rutina habitual todos los días desde el pasado lunes. Wall Street podría terminar con una semana de pérdidas después del rally de julio. Así lo anticipan los futuros que, salvo en el día de ayer, vuelven a cobrar el color rojo. La incertidumbre ante una posible retirada de estímulos por parte de la Fed hace que los inversores no estén apostando con fuerza por la compra.

Además, antes del comienzo de la sesión Monster se ha dejado un 3,8%, después de que la empresa de bebidas energéticas revisase a la baja su estimación de ventas para el próximo trimestre.


Desde que Fisher y Evans en su discurso asegurasen que la Reserva Federal presidida por Ben Bernanke podría comenzar el tapering en septiembre, los principales índices del parqué estadounidense han acumulado pérdidas. Solamente en la sesión de ayer y tras conocerse los datos de importación de China, además de que las peticiones iniciales de desempleo en Estados Unidos aumentaron, se vivió una jornada de ganancias.

De hacerse efectivo este descenso en Wall Street, el Standars & Poors 500 obtendría su mayor retroceso semanal en siete semanas, tras un mes de julio en el que ha alcanzado su máximo histórico.

Por otro lado, el único dato macroeconómico que se conocerá en el día de hoy son las ventas al por mayor en Estados Unidos. Habrá que ver cómo afecta al devenir del mercado, después de que en el día de ayer las peticiones iniciales de desempleo ascendieran y provocase una jornada de ganancias en la bolsa neoyorkina.

Entretanto, en estos momentos el bono a 10 años americano pierde un 0,50% de rentabilidad hasta 2,587%, el euro se deprecia levemente con respecto al dólar y en estos momento el par EURUSD se cambia a 1,376 dólares.

Por su parte, el oro recupera paulatinamente posiciones con una subida del 0,02% hasta 1.310,10 dólares la onza, mientras que el petróleo sube un 1,16%, tras varias jornadas de caídas, y el barril de brent cotiza a 104,60 dólares.