Nada está escrito. Janet Yellen,  la presidenta de la FED, ha dicho en más de una ocasión que en todas las reuniones del Comité Federal del Mercado Abierto –la institución que tomas las decisiones de política monetaria- era posible subir los tipos de interés.

Para los analistas de Ebury, “entra dentro de lo posible que la Fed decida subir los tipos en su reunión de noviembre, el próximo miércoles, pero pensamos que es bastante más probable que el banco central aguante hasta diciembre para tomar esta decisión”.
 

La reunión de esta semana parte con dos inconvenientes como para tomar la medida. Por un lado, no habrá rueda de prensa posterior a la decisión, con lo que el mercado se quedaría con la única explicación del comunicado. Por otra, y esta es la más importante, en apenas seis días se celebran las elecciones legislativas que apuntarán quién será el nuevo presidente del país. En Estados Unidos tradicionalmente la autoridad monetaria no ha tomado ninguna decisión de este tipo como una forma de mantenerse al margen y no interferir en los votantes.
 
Si hasta hace unas semanas la situación era evidente, los escándalos en los que se ha vuelto inmersa la candidata demócrata, Hillary Clinton, han vuelto a elevar los niveles de tensión en el mercado ante una eventual victoria de su rival, el magnate de la construcción, Donald Trump.
 
Franck Dixmier, director global de Renta Fija de Allianz Global Investors, explica que “a sólo unos pocos días de las elecciones en Estados Unidos, no esperamos que en la próxima reunión del (FOMC) se tome una decisión acerca de la subida de los tipos. Sin embargo, esta reunión es todavía muy importante debido a que probablemente la Reserva Federal debería aprovechar esta oportunidad para comunicar sus intenciones a los inversores con mayor precisión, con el fin de orientar mejor sus expectativas”.
 
Sin embargo, el experto considera que “una vez superado el obstáculo de las elecciones en Estados Unidos la Fed ya no será capaz de justificar lo injustificable".
 
Los datos económicos de Estados Unidos han mostrado varios síntomas de fortaleza durante las últimas semanas. Por un lado, la creación de puestos de trabajo sigue siendo sólida. También se observa un crecimiento de la inflación derivado de la subida de los precios del petróleo y el aumento de los salarios en el país.
 
En el tercer trimestre, además, el crecimiento económico se aceleró hasta niveles del 2,9%, reponiéndose así a la anemia de los primeros seis meses del año.  En este entorno, además, no se atisban posibilidades de un episodio de volatilidad en los mercados, tal y como ocurrió en las primeras semanas del año. La evolución de los mercados financieros y la geopolítica internacional han tenido en los últimos meses más peso en la toma de decisiones de la FED que en la propia evolución económica del país.
 
Es más, si los miembros de la FED toman en consideración todos estos datos, en realidad habría muy poco que discutir en esta reunión de noviembre.
En el comunicado en el que se daba fe de las decisiones adoptadas en septiembre, la FED explicaba que “las razones para incrementar los tipos de interés se habían fortalecido, aunque optaban por no tomar medidas hasta que hubiera más evidencias de que la economía había mejorado los suficiente como para conseguir alcanzar los objetivos de sus mandatos”.
 
En esta reunión de septiembre tres miembros votaron en contra de mantener los tipos en el rango 0,25-0,50%. Todos ellos creían que había llegado el momento de subir el precio del dinero.
 
En Ebury consideran que “lo que da por seguro es que, a la vista de la mejoría experimentada por la economía de los Estados Unidos desde mediados de año, y especialmente en lo que concierne al  mercado laboral, se dan sólidas razones para que la FED aumente los tipos antes de fin de año”. En este sentido, en la firma consideran que en la reunión de mañana se incremente el número de votantes disidentes a favor de una subida de tipos, llegando a un punto de inflexión en el que la mayoría de los miembros del banco voten a favor de una subida inmediata de tipos. “Todo ello debería, en nuestra opinión, proporcionar un buen soporte para el dólar estadounidense frente a la mayoría de las divisas”, afirman.
 
En Allianz Global Investors calculan que los mercados descuentan una posibilidad del 70% de que la subida sea en diciembre.

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 Fuente: Bloomberg

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