La rotación ha llegado para quedarse. Al igual que sucede con casi todo en la vida los gestores de fondos más importantes del mundo centran sus ideas de inversión en los ciclos expansivos para obtener rendimientos importantes, así como en los cambios cíclicos. En apuestas que puedan aportar crecimiento o valor a sus carteras en función de la situación global que nos envuelve.
Lejos del ansioso cortoplacismo, que se basa en la obtención de rentabilidades de una manera más especulativa, el mundo del largo plazo tiene como pilares fundamentales unos análisis más profundos. Recorre desde la evolución de las economías de todo el mundo y sus previsiones para el futuro más lejano, hasta los factores más domésticos menos perceptibles a ojos del resto. En definitiva, analiza el movimiento de las tendencias con mayor recorrido en el tiempo y la capacidad de que estas puedan aportar valor a través de la inversión.



Siguiendo este camino, la cuestión es cómo ha variado el panorama en los últimos tiempos y qué ha sucedido con los dos estilos el growth (crecimiento) y value (valor), además de dónde se pueden encontrar las mejores alternativas si pensamos obtener un retorno importante en los próximos años.

Así pues, según apunta el equipo de análisis de La Financière de l’Echiquier el estilo Growth ha experimentado una caída significativa recientemente (penalizado por la subida de los tipos) con respecto al estilo Value, “donde la caída ha sido menos notoria y, en el caso de los bancos y las aseguradoras, este movimiento ha resultado incluso favorable”.

Esta situación representa un buen ejemplo de una rotación vinculada a “un ajuste de las previsiones”. Se trata de una señal que no ha de ignorarse, “es una traducción bursátil del mensaje de los bancos centrales”.

No en vano,  estas instituciones han decidido llevar al mercado hacia una nueva realidad a base de frases cortas en las que han escogido sabiamente tanto las palabras como el momento de pronunciarlas. Tal y como apunta la gestora francesa, “no cabe duda de que hemos ido un poco demasiado lejos con las políticas monetarias, y ya es hora de que los tipos retornen a unos niveles más razonables”.

Por eso, esta tendencia de rotación hacia sectores Value se ha visto fortalecida con las recientes elecciones americanas, tras las cuales los títulos financieros y cíclicos (minería, industriales...) “han sido los grandes ganadores”, en detrimento del inmobiliario, los servicios públicos y los bienes de consumo básico, “que son sectores de larga duración”.

En la misma opinión se manifiesta José Lizán, gestor de SICAVs en Auriga, que asegura que el Growth “ha hecho un techo”, como lo han hecho los bonos, pero sobre todo “en las grandes multinacionales estadounidenses”. Esto podría, según su punto de vista, dar pie a más estímulos por parte del BCE y con ellos  podríamos tener una lateralidad o proceso de distribución de los bonos “de aquí a la primavera”, pero no un “desplome continuado”.

Así, con los mimbres con los que contamos en el entorno actual, según el equipo de análisis de BNY Mellon, nos encontramos en un entorno de abundancia y es cada vez más importante “buscar compañías de alta calidad con modelos de negocio flexible y potencial de subida en el precio de sus acciones”.

De esta manera, la estrategia de adquirir valor en un marco temporal más amplio parece, tal como valoran los expertos, la más adecuada en el entorno en el que nos encontramos.

Siguiendo las megatendencias

Uno de las tendencias a seguir es la digitalización que aún falta por producirse. Nick Clay, Portfolio Manager de Global Equities de BNY Mellon, dice que siguiendo esa línea ven potencial en compañías “como Wolters Kluwer y Reed Elsevier”, que se adaptan al nuevo mundo online y se aprovechan “de sus posibilidades”.

Desde una línea analítica explica que nos encontramos en un mundo en abundancia y que estamos en una revolución inteligente dentro del mismo en la que por mucho tiempo la tecnología personal ha estado liderando el espacio, pero que ahora hay “muchas oportunidades para compañías que son capaces de revertir esta tendencia”.

Así, habría tres ejemplos de compañías que se podrían aprovechar de este desarrollo como son “Accenture, Cognizant y SAP”, que son proveedores de tecnología empresarial y consultoría de servicios, que están adaptando sus modelos de negocio y de servicios “para seguir el ritmo del cambio tecnológico”.

Sin embargo, no es la única temática que habría que seguir de cerca para intentar obtener la consecución de rendimientos durante los próximos ejercicios. Otro de los temas que se ha discutido últimamente es acerca del envejecimiento de la población en el mundo desarrollado, lo cual ha provocado un aumento de la demanda de los servicios de cuidado de la salud. Es algo que también aportaría valor a las inversiones.

Con este telón de fondo, Clay apunta que, en su opinión, las compañías que sean capaces de contener costes y que puedan reducir presión a los gobernantes y a los pacientes “serán exitosas”. Por eso, un ejemplo de empresa que se podría beneficiar en el largo plazo de este entorno sería “Express Scripts”.

Asimismo, otra megatendencia desde el plano Value tal y como se encuentra el panorama mundial, principalmente tras la victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, sería el de las políticas intervencionistas que pueden tomar los estados en los años venideros. Como consecuencia de estas, podrían generarse oportunidades de inversión en industrias o negocios que puedan recibir la intervención del estado, como es el caso de las infraestructuras, que pueden ser utilizadas para estimular las economías en un futuro no muy lejano.

Como resultado, vemos interés en utilities como Centrica y Eversource, tanto como la tecnología de la información empresarial y los proveedores de capital para infraestructuras públicas o privadas”.

¿Y en España dónde está el valor?

Hasta ahora España, reconocido siempre por los analistas, se ha considerado un Value Trap (trampa de valor). Esto quiere decir, según detallan los expertos de La Financière de l’Echiquier, que una compañía puede parecer barata, que tiene recurrencia en su negocio, que sus beneficios no crece, “pero que en realidad internamente están mal gestionadas, no generan valor para el accionista”. En esta línea y para ejemplificarlo, colocarían a  “Telefónica” como una clara evidencia de esta definición.

Lizán, especifica que es cierto que está habiendo una rotación con la salida de los bonos,” pues los inversores se están yendo de compañías growth que habían sido refugio durante muchos años, como InditexEnagás Red Eléctrica”. El problema, desde su punto de vista, es que en España “no se está viendo una rotación de una manera tan clara como en Europa o en Estados Unidos porque no se acaba de ver el Value Trap”.

Si quieres ver el informe completo, lea la  revista Estrategias de inversión