La mayor parte de los inversores destacan que la decisión de dividir la acción en dos ha sido una estrategia de los actuales fundadores de la compañía para asegurarse el control de las decisiones. A pesar de que poseen algo menos de un 15% del capital, los tres socios tienen derechos de votos superiores al 55%, una situación que puede perpetuarse después de la última operación.

Los accionistas de Google tienen desde ayer dos clases de títulos, los de clase A, que hoy cotizan con el ticker GOOGL y que tienen derecho de voto y otros de clase B que se mueven en las pantallas bajo el símbolo GOOG
.

Estos últimos son los últimos que se han creado y que se han ofrecido en forma de dividendo no tienen derecho a voto.

Probablemente, además, estas acciones serán las que se utilizarán –temen los expertos- con cualquier actividad que requiera diluciones en un futuro.

La mayor parte de los inversores creen que en este primer año la mayor parte de los inversores podría preferir poseyendo los primeros, los de clase A y que por ello podríamos ver ventas de las nuevas acciones tipo C. Pero eso ya se contemplaba cuando los directivos de Google anunciaron la operación, por lo que se diseñó un mecanismo de compensación.

Así, Google tendrá que pagar en efectivo a los dueños de acciones A y C si las nuevas acciones se comportan peor que las antiguas.

Los expertos que han consultado en TheStreet.com calculan que la compañía tendrá que pagar entre 300 y 7.500 millones de dólares este año. (Ver reportaje sobre el split)

Hoy caen los dos tipos de acciones alrededor de un 3%. Las acciones clase C cotizan entorno a los 553,6 dólares, mientras que las acciones tipo A se mueven alrededor de 554,9 dólares.