En un año marcado por la prudencia a la hora de ofrecer recomendaciones de inversión, CAF parece abrirse un hueco entre las preferencias de los analistas que miran más allá del Ibex 35. Quienes apuestan por el valor destacan que Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles tiene lo necesario para afrontar con buena cara la crisis económica actual. Es más, Ignacio Cantos, director de renta variable de Atlas Capital, cree que es el prototipo de empresa que se busca para este año: una empresa bien gestionada, sin deuda, gran generadora de flujo de caja –cuenta ahora mismo con una posición cercana a los 368 millones de euros- y con una cartera de pedidos que hace que su actividad esté garantizada para los próximos tres años. Y si su actividad está garantizada, también sus resultados, destaca
Boni Aguado, de Banco Etcheverría. En 2008 ha ganado 105,7 millones de euros, lo que supone una mejora del beneficio del 20,7 por ciento por el incremento de la facturación
. Un aumento que está directamente relacionado con esa variable fundamental que destacan los analistas al hablar de CAF: ese mencionado incremento progresivo en la cartera de pedidos, que le garantiza su actividad a tres años vista. La tranquilidad que le confiere esta variable hace que muchos vean a la empresa vasca como defensiva porque, hoy por hoy, no tiene ningún problema de financiación, hecho muy de agradecer en el entorno en el que nos movemos.
Privilegiada en España
Los analistas destacan que CAF –uno de los líderes mundiales en el diseño, fabricación, mantenimiento y suministro de equipos para sistemas ferroviarios- se beneficia de una posición privilegiada en su sector en nuestro país. En los últimos años, los planes de inversión del Ministerio de Fomento para modernizar el transporte ferroviario nacional han contemplado inversiones por 5.500 millones de euros. Ha habido muy fuertes licitaciones por parte de RENFE y también por parte del metro de varias ciudades –el último contrato con el Metro de Madrid alcanza los 600 millones de euros- y “CAF se ha hecho con muchas de ellas”, recuerda Álvaro Arístegui, analista de Interdin Bolsa. Además, también le ha ayudado el tamaño de los pedidos españoles, lo que le ha permitido la estandarización de los mismos. “Es mucho más rentable para la compañía hacer 100 trenes iguales que hacer doce de una manera y ocho de otra”, asegura Arístegui.
Y en este punto, el futuro no se presenta nada mal porque la crisis económica global está llevando a los distintos gobiernos a incrementar su gasto en infraestructuras, incluidas las ferroviarias. CAF saldrá beneficiada de esto, sin duda, pero no sólo en España. También en el exterior, porque su presencia internacional avanza a pasos agigantados. Lejos queda de ser aquella empresa de carácter local que iniciaba su andadura como tal en 1971, aunque con germen en 1860 en la Fábrica de Hierros San Martín.
Diversificación
1992, el año de la Exposición Universal de Sevilla y de los JJ.OO. de Barcelona marcó el inicio de la expansión internacional de CAF. Desde entonces, la empresa ha llevado a cabo proyectos en lugares tan dispares como Hong-Kong, Sao Paulo, México, Turquía, Roma o Arabia Saudí. Junto a ello, son varios los proyectos a los que aspira a lo largo de todo el mundo y los analistas señalan que –dado que sus precios son competitivos- está bien posicionada para hacerse con nuevos concursos, ahora que muchos países ya han anunciado un interesante aumento en sus presupuestos para obras ferroviarias. En este punto, Alfonso De Gregorio, analista de Gesconsult, llama la atención sobre un punto: la propia India tiene pensado invertir más de 40.000 millones de dólares, China unos 232.000 millones y Rumanía unos 14.000 millones. En definitiva, los analistas aseguran que en torno al 35% de la facturación de CAF proviene ya de fuera de España, porque sobre el 70% de las últimas licitaciones logradas han venido del exterior.
Pero la diversificación de CAF no es sólo internacional, también ha ido incrementando su capacidad industrial. Ignacio Cantos, de Atlas Capital, menciona el salto de la empresa vasca hacia la alta velocidad y la ampliación de la gama de productos de la compañía: ahora fabrican no sólo vagones, sino motores, todo tipo de ruedas, enganches o ejes –productos que sirven también para vehículos que no son de construcción propia- y abarcan, además, el área del mantenimiento. Eso sí, está lejos de colosos como Alstom, que cuenta también con una división de energía, o de la propia Siemens, cuyo negocio se extiende en muchas otras actividades industriales.
Escasa capitalización, su talón de Aquiles
Pero todos estos argumentos que avalan ahora mismo a CAF como alternativa de inversión se encuentran con un revés importante: su escasa capitalización. “Es un valor demasiado pequeño”, señala Cantos, por lo que no es fácil entrar y salir de él. Baja capitalización bursátil que puede exponer la cotización de la compañía a cambios bruscos, en caso de que se deshaga una posición fuerte en el valor. El director de análisis de Atlas Capital constata que “CAF queda fuera del universo inversor de muchos posibles accionistas por su escaso tamaño y liquidez”. La empresa cuenta con sus propios trabajadores como principales accionistas, agrupados en Cartera Social (con un 29,5%, según datos de la CNMV). Junto a ellos, entidades como BNP Paribas alcanza el 5,4% del capital y la Caja de Ahorros y Monte Piedad de Guipúzcoa y San Sebastián el 17,7%, según la web de la propia CAF.
Otros de los “peros” que los expertos ponen a CAF son la escasa importancia que la compañía le otorga al departamento de relaciones con los inversores o el esperado aumento de la competencia en los próximos años.
Potencial en bolsa…
Los expertos consideran que CAF es una compañía que sigue creando valor y que su cotización no refleja la realidad fundamental de la empresa, sino el apetito por la liquidez que ha afectado a las compañías con menos volumen de contratación en los últimos tiempos. De hecho, desde Interdin Bolsa creen que el fabricante de trenes y de maquinaria para estos vehículos cuenta con un interesante potencial. No en vano sitúan el precio objetivo de la compañía en los 370 euros por título. Álvaro Arístegui considera que CAF, “siempre ha estado barata en bolsa porque le ha costado recoger en su cotización todo el valor que ha ido creando con el desarrollo de su actividad”. Hoy por hoy, CAF es el valor con el precio más elevado de nuestro mercado –supera los 200 euros y nunca ha realizado un split- pero lejos de ver en ello un inconveniente, Ramón Carrasco, gestor de Fortis Banca Privada, cree que es incluso bueno para la compañía “porque actúa de filtro de cara a especuladores”. La mayoría de recomendaciones colocan a CAF como una buena opción de inversión para el largo plazo. Desde Banco Etcheverría consideran que cotiza a ratios atractivos mientras que Alfonso De Gregorio, de Gesconsult, destaca que posee los mejores márgenes sobre el EBIT del sector: del 9,8% frente al 4,3% de Bombardier, el 7,2% de Alstom y el 4,2% de Siemens. En cuanto a valoración, De Gregorio señala que CAF “cuenta con un EV/EBIT ajustado a impuestos para 2009 de 5,1 veces frente al 9,4 del sector, con lo que muestra un descuento cercano al 45%”.
Desde el punto de vista técnico, Samuel Sierra Serrano, experto en Opciones, considera que el aspecto de CAF a dos años y medio, “nos muestra una clara tendencia bajista dentro de un amplio canal”. A su juicio, “dentro de la lógica volatilidad dentro del mencionado rango de movimiento, hemos de esperar objetivos bajistas para este valor de 180 euros, donde tendría un primer soporte”. En la parte alta del canal cree que “nos encontraríamos una resistencia en la zona de los 270 euros”.

