Sobre la base del análisis fundamental se establecen recomendaciones de comprar (buy) si se espera que una acción, sector o mercado se revalorice hasta su precio objetivo, mantener (hold) si no se esperan cambios en las cotizaciones o vender (sell) si los niveles de cotización de las acciones, sectores o mercados superan el precio objetivo marcado.
 
El análisis fundamental se concreta habitualmente en informes sobre las compañías, que son documentos que contienen los precios objetivos, recomendaciones y opiniones escritas de los analistas basadas en el análisis de variables cuantitativas (proyecciones financieras, ratios, descuentos de flujos de caja...) y cualitativas (calidad de la gestión empresarial, madurez del mercado, imagen de marca, sentimiento de mercado...). Este material es la herramienta básica de las grandes gestoras de fondos a nivel mundial y su finalidad es servir de soporte a una buena decisión de inversión.
 
Aunque el objetivo es llegar a una recomendación sobre qué hacer con determinada acción (comprar – vender – mantener), ni es una ciencia exacta ni se debe interpretar la recomendación de forma aislada del resto del informe. Es más, a menudo el inversor particular simplifica el informe en la recomendación, incurriendo en errores de interpretación. 
 
Debemos por lo tanto tener cierta cautela al manejar el concepto precio objetivo ya que para muchos analistas el término “objetivo” tiene asociado un horizonte temporal determinado, es decir, normalmente se habla de precio objetivo para final de año o a 12 meses, mientras que cuando se quiere hacer estricta referencia al precio al que deberían estar cotizando las acciones a día de hoy se habla de valor intrínseco o precio justo de la acción.
 
A su ver las recomendaciones fundamentales pueden tener diferente naturaleza, de modo que las recomendaciones de comprar, mantener o vender pueden ser:
 
En términos absolutos (buy - hold - sell). En este caso el analista se limita a marcar un precio objetivo para una acción determinada y, por tanto, un potencial de revalorización o caída absoluto (la acción debería caer un 25% hasta su precio objetivo de 10 euros por lo que recomendamos vender).
En términos relativos. En este caso, el analista emite una opinión sobre lo que la acción debería hacer con respecto al mercado. De esta forma la tradicional escala de recomendaciones se convierte en sobreponderar (overweight) si se prevé que la acción se va a comportar mejor que el mercado, neutral si su evolución va a ser semejante a la del mercado o infraponderar (underweight) si el comportamiento se prevé peor que el del mercado. Desde este punto de vista, el precio objetivo pierde significado ya que en todo momento debe ir relacionado con el "precio" objetivo del índice de referencia.
 
De modo que aunque el análisis fundamental resume en la recomendación final, no podemos obviar el horizonte temporal, la naturaleza de la recomendación y el estudio que el informe completo contiene de toda la información disponible en el mercado sobre una determinada compañía.
 
El análisis fundamental puede no ser una ciencia exacta pero es la herramienta clave en un mercado que definitivamente no se comporta de manera absolutamente aleatoria.