Casi la mitad de los inversores y analistas esperan una reducción de diez puntos básicos en el tipo de interés de depósito desde el -0,4% actual hasta el -0,5% y 15 puntos básicos para finales de año. Otras de las medidas que contempla el mercado después del discurso de Draghi en Sintra el 18 de junio es un retraso en la subida de tipos hasta 2021 y un nuevo programa de compras de deuda -un nuevo Quantitative Easing-. 

“Podríamos encontrarnos mañana en una situación en la que el banco de bancos comunitario sigue ablandando su política monetaria, pero la reacción del mercado es de pataleta al considerar que el tono y las decisiones adoptadas por el banco central no han ido tan lejos como a muchos les gustaría”, indica Aitor Méndez, analista de IG.

El contexto actual es todavía más peliagudo de lo que era en junio, con la llegada de Boris Johnson a Downing Street y su convicción en que Reino Unido salga de la Unión Europea el próximo 31 de octubre aunque no haya acuerdo. Además el precio al que se cambia el euro frente al dólar también podría hacer que Donald Trump vuelva a acusar a la eurozona de estar manipulando la moneda común con el objetivo de mejorar las exportaciones. Esto también supondría un nuevo frente de incertidumbre para la economía europea, si Trump amaga con aranceles a las importaciones de productos del Viejo Contienente.

La debilidad industrial, la victoria de Johnson y una anémica inflación animan al BCE a sacar la artillería

La cotización del euro (EUR/USD) marcó este miércoles su nivel más bajo de los últimos dos meses con un mínimo en la sesión en los 1,1128 dólares por moneda única y se aproxima así al mínimo de 24 meses marcado el pasado 23 de mayo en los 1,1106 dólares por divisa común. Los inversores están refugiándose en el dólar al tiempo que EEUU aproxima posiciones con el Gobierno de China y se conocen nuevos datos que muestran la debilidad de la economía del Viejo Continente.  

Este miércoles se conocieron los índices de gestores de compra (PMI) del mes de julio que mostraron una recaída en el crecimiento de la actividad del sector privado de la zona euro por el empeoramiento de la recesión del sector manufacturero, que ha registrado su peor dato en seis años y medio, lo que sugiere una ralentización al 0,1% del ritmo de expansión del PIB de la eurozona en el tercer trimestre, frente al 0,2% previsto entre abril y junio. Los expertos de IHS Markit apuntan que Alemania se ha visto especialmente afectada por el frenazo en el sector industrial y automovilístico, y corre el riesgo de que su PIB se contraiga levemente en el tercer trimestre.

“El sector terciario germano es la única buena noticia que dejan hoy estos indicadores y evita la entrada en crecimiento negativo de la primera economía de la región, que ha visto como el dato del sector manufacturero agudiza su sangría hasta los 43,1 enteros, su peor dato desde el mes de julio del año 2012”, añade Méndez.

Y la inflación ni está ni se le espera pese al petróleo

El objetivo del Consejo de Gobierno del BCE es mantener la inflación en un nivel inferior, aunque próximo, al 2% a medio plazo. Sin embargo, después de siete años desde que Draghi pronunciase su famosa frase “whatever it takes…”, que en español se traduce como que el BCE haría lo necesario para sostener el euro, y de más de 2,5 billones inyectados en el sistema la inflación se encuentra lejos de ese objetivo, en el 1,3%.

“La inflación sigue siendo anémica. A pesar de un ligero repunte en la inflación subyacente en junio, hasta el 1,1% interanual, en comparación con un punto bajo en mayo, se espera que se mueva alrededor del 1% en los próximos meses”, comenta Franck Dixmier, director global de renta fija de Allianz Global Investors. Y todo ello pese a que el barril de Brent acumula un alza en lo que va de año del 18%.

Los bancos, en el punto de mira

En este escenario, el BCE puede que no saque toda la artillería en esta reunión y prepare a los mercados para ir deshojando la margarita a partir de la próxima reunión de septiembre. Si el BCE se muestra acomodaticio eso debería llevar al euro a la baja frente al dólar, al tiempo que bolsas y bonos repuntarán, pese al comportamiento de los bancos. “Por el contrario, si el cambio en el tono es pequeño, la reacción del mercado podría ser la inversa y hacer que muchos deshagan las posiciones tomadas en los últimos días”, indica Méndez.

Sobre la mesa del BCE sigue estando la puesta en marcha de diferentes niveles de tipos de interés a la facilidad de depósito, que ya mencionó Draghi al principio del año con el objetivo de que la rentabilidad de los bancos pueda, al menos, hacer frente al coste de capital que tienen las entidades. Es algo que ya han hecho los bancos centrales de Suiza, Japón, Dinamarca y Suecia y que podría aliviar algo a los maltrechos márgenes de intereses de la banca europea. Esta decisión también haría que los valores bancarios se impulsarán en bolsa tras años de caídas.