El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ha contratado a EY como asesor externo en el diseño y ejecución de un simulacro de resolución de una entidad de crédito ficticia, con el que pondrá a prueba su capacidad de respuesta en un escenario de resolución para identificar deficiencias y áreas de mejora de cara a poder enfrentarse de la manera más eficiente posible a una potencial situación de resolución en el futuro.

El FROB es la autoridad de resolución ejecutiva a nivel nacional, por lo que es la entidad encargada de gestionar los procesos de resolución de las entidades en su fase ejecutiva. En 2017 ejecutó el mandato de la Junta Única de Resolución (JUR) para poner en marcha la primera resolución bancaria a nivel europeo, la de Banco Popular, que fue vendido a Banco Santander por el precio simbólico de 1 euro tras declararse su inviabilidad.

Según recoge la memoria publicada en la Plataforma de Contratación del Estado, consultada por Europa Press, el FROB va a llevar a cabo un ejercicio interno de simulación de un proceso de resolución de una entidad ficticia que permita testar la capacidad de respuesta del organismo y la adecuación y agilidad de sus procesos y protocolos internos, ante el reto que supone enfrentarse a un potencial proceso de resolución.

La finalidad de este ejercicio es identificar posibles áreas de mejora para lograr su optimización y que el organismo esté en disposición de enfrentarse a una potencial situación de resolución "de la manera más eficiente posible".

El FROB abrió para ello un proceso, con un presupuesto base de 95.000 euros, para contratar a una empresa externa que le asesore y acompañe en el diseño y ejecución del simulacro, del que EY ha resultado adjudicatario.

La oferta de EY, de 66.000 euros, se ha impuesto a la de los otros cinco participantes en el proceso de adjudicación (AFI, Deloitte, KPMG, Oliver Wyman y PwC), por presentar la mejor relación calidad-precio.

Así, EY colaborará con el FROB en el diseño y la ejecución del simulacro, así como en la recopilación de deficiencias y mejoras extraídas del ejercicio, para "poner a prueba los medios, procedimientos internos, recursos y herramientas del FROB en materia de gestión de crisis, con el fin de detectar posibles deficiencias en la ejecución de una potencial resolución y proponer las oportunas mejoras", según recoge el pliego de prescripciones técnicas.

El plazo de ejecución se prolongará hasta el 31 de diciembre de 2022. Durante todo el proyecto, los representantes del FROB y de EY se reunirán con frecuencia, al menos, semanal, para el seguimiento y la coordinación de los trabajos.

En una primera fase, de unas cuatro semanas de duración, EY presentará al FROB un plan de trabajo y una propuesta de diseño del escenario de resolución y planteará una simulación de la situación de la entidad en el momento de la inviabilidad (con generación de información financiera estresada) y un escenario de empeoramiento progresivo.

La segunda fase, que previsiblemente se desarrollará en el mes de junio, deberá desarrollarse en tres días laborables en los que se simularán los trabajos preparatorios de la resolución y la ejecución e implementación de la herramienta tras la declaración de inviabilidad.

Tras hacer una comunicación simulada del supervisor que alerte de los problemas inminentes de la entidad y, posteriormente, comunique su inviabilidad, EY acompañará al equipo del FROB involucrado durante la segunda fase, documentando y analizando las decisiones que el FROB toma en función de la información transmitida en cada momento y comprobando cómo comparan esas decisiones con los procedimientos aprobados y con los medios disponibles.

El asesor externo también desempeñará los roles del resto de potenciales actores involucrados en el proceso ajenos al FROB, como el Banco de España, los valoradores externos, los potenciales compradores (en su caso) y la Junta Única de Resolución (JUR), entre otros.

En la tercera fase, que durará cuatro semanas más, EY preparará el informe final. Para ello, deberá recabar toda la información del ejercicio en un documento en el que se describa el desarrollo del proceso, se analicen los puntos fuertes, posibles carencias y puntos de mejora y se ofrezcan recomendaciones al respecto.