Bitcoin crece al ritmo que marcan los inversores, que acaban de convertir de nuevo al mercado de las criptomonedas en un mundo a la altura de unos poco, como Apple o Microsoft. Hablamos como no de su capitalización que alcanza de nuevo, tras perderlo en mayo, la cota de los dos billones de dólares.
Club más que selecto, con renovado apetito de los inversores por los activos virtuales tras marcar los mínimos del año y en busca de nuevos objetivos. Recordemos además el vertiginoso ritmo al que se está produciendo esta mejora. En enero la capitalización de las criptomonedas apenas alcanzaba el billón de dólares para llegar el 11 de mayo, a los máximos de 2,6 billones. Ahora retoma la mágica cifra del dueto billonario.
Aunque toda aventura encierra sus riesgos, por supuesto. Cualquier noticia negativa, un traspiés en cualquier lugar del mundo, ahora en liza con la posibilidad de legislación y fiscalización de este mundo cripto, durante 24 horas al día 7 días a la semana, algo muy probable, puede descalabrar ese viaje ya, casi espacial.
Por eso, y por la proliferación e importancia cada vez más mayor de monedas virtuales que van ganando terreno, ese camino al infinito puede costarle, a futuro, el liderazgo a Bitcoin, aunque ahora mismo no está sobre la mesa. De momento mantiene un 43,7% de esa supertarta, frente a su inmediato seguidor, el Ethereum, que alcanza una cuota de mercado del 18,9%. Pero Bitcoin llegó a superar el 70% en diciembre del pasado año.
En su gráfica de cotización vemos que Bitcoin, tras la corrección de ayer, sube casi un 7% en los últimos cinco días, avanza, de nuevo de vuelta recuperando posiciones un 43,2% en el mes, en el trimestre, ante los mínimos anuales recorta un 7,6% y en lo que va de año avanza un 57,5% para completar una subida interanual del 287,35% desde agosto pasado.
Y ahora entramos en el terreno de las especulaciones que, de ningún modo, debe despreciarse, ya que casi nadie con certeza, pensaba en los 64.788 dólares para Bitcoin, el máximo histórico del activo que se ha marcado este año durante el pasado 14 de abril.
Desde Bloomberg Intelligence, Mike McGlones, su estratega senior de materias primas destaca que, si Bitcoin estableciera un mayor y mejor rendimiento de mercado como está haciendo Etherium durante el presente ejercicio, con esos crecimientos exponenciales, su precio podría alcanzar o estar muy cerca como poco de los 100.000 dólares.
De igual modo se muestran desde Plan B, el creador del modelo de precios del Bitcoin stock-to-flow con ese escueto: Bitcoin a 46.000$, y poniendo, como vemos en la imagen del tuit, un gráfico en el que marca los niveles de la divisa digital después de cada halving.
De hecho, los analistas del mercado destacan que se mantiene el impulso alcista del precio de Bitcoin, una vez superada la barrera de los 40.000 dólares por unidad. Pero de momento surgen dos sombras en el horizonte del activo.
La primera llega de Estados Unidos. Porque mañana martes se vota en el Senado norteamericano el proyecto de ley de infraestructuras que incluye una serie de disposiciones relativas a las criptomonedas. La idea es ampliar la fiscalidad sobre los activos digitales para recaudar 28.000 millones destinados a ese proyecto del trillón de dólares. Si sale adelante después tendría que pasar por la Cámara de Representantes para unas disposiciones que rechazan de plano los lobbys de las criptomedas.
Y la segunda llega a vueltas con sus peleas con la sostenibilidad, como ya se ha puesto de manifiesto en numerosas ocasiones. A finales de julio el gestor de activos Candriam, con una cartera que supera los 140.000 millones de euros, destaca la incompatibilidad entre Bitcoin y la ESG. Y explica detenidamente el proceso de las nuevas monedas, a través de la minería y su elevado gasto de energía, que indican, es del 0,4% del consumo mundial, que tal y como indica la Universidad de Cambridge se coloca por encima del consumo de electricidad de Argentina o los Países Bajos.
Evidencia que, al ser activos desregulados, pueden negociarse con fines de lucro y convertirse en pasto de los especuladores, que en ocasiones pueden disparar los precios. Un informe de 2020 de CipherTrace sitúa en 1.900 millones de dólares los fraudes, robos y piratería de criptomonedas.
Finalmente, el informe de Candriam concluye que las criptomonedas en general tienen un largo camino por recorrer para satisfacer los criterios de desarrollo sostenible.
