MADRID, 15 ABR. (Bolsamania.com/BMS) .- Para Spencer Dale, economista jefe del Banco de Inglaterra (BoE), “el mercado inmobiliario británico se comporta igual que la comida en un microondas: puede pasar de templada a arder en cuestión de segundos”.
Asegura The Economist que “hasta hace aproximadamente un año, los precios únicamente crecían en el centro de Londres impulsados por la inversión especulativa extranjera, mientras que en el resto de Reino Unido, el 'monstruo' permanecía aletargado”. Sin embargo, todo ha cambiado en 2013. Los precios han subido un 6,8% interanual en enero en el conjunto del país, mientras que en Londres se han disparado aún más, un 13,2%, según datos de la Oficina Nacional de Estadística británica.
Este incremento, mantiene The Economist, es un problema para los compradores aunque no es insalvable, ya que el coste de la vivienda está un 16% por debajo de los máximos alcanzados justo antes de que estallara la crisis.
Aun así, el Gobierno de David Cameron y el Banco de Inglaterra han decidido vigilar el asunto de cerca para lo que crearon en 2013 el Comité de Política Financiera (FPC, por sus siglas en inglés). Esta entidad independiente es la encargada de “vigilar burbujas emergentes” como la que parece estar inflando los precios de la vivienda.
Dice el semanario internacional, que “si nada cambia y los británicos continúan comprando a precios crecientes pensando que la vivienda no parará de subir en los próximos años, al FPC le tocará intervenir para enfriar un mercado que está a punto de quemarse”. Para rebajar la temperatura, el BoE pretende someter a la banca y a los solicitantes de hipotecas a unas condiciones más duras para el acceso al crédito.
En este sentido, Kevin Daly, experto de Goldman Sachs, sostiene que “el FPC endurecerá estas condiciones este año, posiblemente en junio”. Una medida que podría ser impopular, según este analista, ya que las personas con menores recursos “tendrían que ahorrar durante más tiempo para comprar una casa y los propietarios de viviendas perderían la comodidad del rápido aumento de los precios”.
El mayor perjudicado sería, según The Economist, George Osborne, el ministro de Hacienda, que probablemente lamentará el enfriamiento de un pequeño boom en el mercado de la vivienda antes de las elecciones. No obstante, el FPC es independiente por una razón y nadie debe temer cualquier acción.
M.D.